La cuenta atrás del desabastecimiento

Desde hace una semana, a medida que los barcos que faenan en alta mar regresan a puerto quedan amarrados indefinidamente. Poco a poco, los armadores van logrando su objetivo de desabastecer el mercado. Pero el auténtico éxito del paro depende de la flota de bajura, algo menos sensible al alza de los carburantes, la razón fundamental de la protesta. Pese a los reiterados llamamientos de los armadores para que se sumen al amarre, su participación es todavía es menor, aunque la situación puede cambiar a partir de ahora. Ayer mismo, las flotas de bajura de las provincias de A Coruña y Pontevedra decidieron sumarse al paro entre mañana y el siguiente lunes.

En realidad, muchos de los barcos que faenan en altura llevaban meses parados antes de que asociación alguna llamara al amarre de la flota. Hace tiempo que la escalada del gasóleo ha convertido la pesca en un negocio poco rentable, y los armadores se lo piensan antes de emprender una nueva marea. Pero en las últimas semanas, los precios han desbordado su capacidad de maniobra. Un arrastrero gasta unos 30.000 euros al mes en gasóleo, lo que deja menos de 20.000 euros de margen para afrontar los sueldos de la tripulación y el resto de gastos del barco. En el sector del transporte, en cambio, la huelga está teniendo una repercusión mínima en Galicia, donde las principales federaciones no secundan el paro.

Los problemas de la pesca no acaban en el precio del combustible, pero se ha tenido que desbocar el gasóleo para que se pusiera encima de la mesa otra de las grandes preocupaciones de los marineros: la comercialización del producto. Son los bajos precios que se pagan en lonja por el pescado, en comparación con los que finalmente repercuten en los consumidores, los que a paso lento pero constante están llevando a los barcos que faenan cerca de la costa a sumarse al amarre. Si la convocatoria formulada ayer por las cofradías de A Coruña y Pontevedra tiene éxito, los marineros lograrán su objetivo de desabastecer el mercado. Sería en contra de la predicción del presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, que el jueves descartó un eventual desabastecimiento de los mercados precisamente por el mantenimiento de la actividad de la flota de bajura.