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Mugabe prohíbe todos los mítines de la oposición

La estrategia del presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, que el 27 de junio se enfrenta en una segunda vuelta electoral con Morgan Tsvangirai, que ya le venció en la primera por una diferencia de 4,5 puntos pese a las denuncias de fraude, es clara: impedir a cualquier precio la victoria de su opositor.

La policía suspendió ayer todos los mítines del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC, en sus siglas en inglés) aduciendo que no puede garantizar la seguridad de sus dirigentes. Se desconoce la duración de la medida. La misma policía que ejerce de brazo represor del régimen detuvo ayer en Bulawayo al líder del MDC, Morgan Tsvangirai. Poco después fue puesto en libertad. Es la segunda vez que ocurre en 72 horas.

El MDC calificó la medida de suspender los mítines de "locura" y acusó al régimen de suspender la democracia. En un país donde casi todos los medios de comunicación están en manos de Mugabe, los mítines son el único medio de llegar a la gente. El MDC asegura que la campaña de intimidación ha costado la vida a 65 de sus militantes.

Comida por votos

No son las únicas medidas coercitivas de Mugabe, en el poder desde 1980. También ha suspendido los permisos de las ONG que operan en el país y prohibido la distribución de alimentos fuera del control del Gobierno. Más de 600.000 personas dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir; a finales de año serán cuatro millones, un tercio de la población, los necesitados. EE UU acusa a Mugabe de utilizar la comida como arma para comprar votos.

El Gobierno también está confiscando las tarjetas de identificación en las zonas donde el MDC es fuerte. Sin tarjetas la gente no podrá votar; tampoco recibir alimentos. "Estamos ante un régimen desesperado que hará cualquier cosa por mantenerse en el poder", dijo ayer el embajador estadounidense en Harare, James McGee.

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La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Louise Arbour, aseguró que la decisión de impedir el trabajo de las agencias humanitarias "era una perversión de la democracia". Las ONG calificaron de ilegal la prohibición y alertaron de que esa medida del Gobierno de Mugabe ponía en grave riesgo a la parte más vulnerable de su población, niños, mujeres y enfermos.

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