ERC se debate entre mantener el tripartito o acercarse a CiU

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) comienza mañana un proceso de catarsis que culminará la próxima semana con el congreso del partido. Tras doce años, Josep Lluís Carod Rovira deja la dirección independentista y la elección del nuevo líder, mañana, por sufragio universal de los 10.000 militantes del partido, se antoja imprevisible.

El carácter estrictamente asambleario de ERC y el hecho de que tengan derecho de voto militantes que ni viven en Cataluña añade incógnitas a un congreso presidido por el malestar de muchos republicanos por las ataduras a los socialistas y con un Carod Rovira muy cuestionado por los sectores más radicales.

Tras cuatro años de tripartito, las bases de ERC piden replantear los pactos

La militancia se divide entre los partidarios de continuar por la senda de los pactos con la izquierda o acercarse a Convergència i Unió para configurar un frente nacionalista.

A esto hay que sumarle la personalidad inflamable de los militantes, lo que lleva a cambios de posición constantes dentro del Gobierno catalán, motivo de continuas jaquecas al PSC.

El tacticismo en ERC es marca de la casa. Tanto es así que Carod renunció a presentarse a la reelección como presidente para restar protagonismo a Joan Puigcercós, su gran rival, y posicionarse para la candidatura del partido a la Generalitat en 2010. Carod no se presenta pero es como Johan Cruyff en el Barça, omnipresente, y avala la candidatura del presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach.

- ¿Peligra el tripartito? Las cuatro candidaturas que se presentan además de luchar por el poder -dos equipos continuistas, y los otros dos menos- también replantean su situación en el Gobierno catalán. Los opinadores cercanos a ERC, y sus dirigentes también, consideran que haber reeditado su pacto con el PSC en Cataluña es la causa de la crisis electoral que pesa como una losa sobre el partido. En las últimas generales, Esquerra bajó de ocho a tres diputados.

La colisión constante de los independentistas con sus socios del PSC -sequía, lengua catalana, educación, proyección internacional- ha ido minando la moral de los militantes, que apoyan un viraje hacia CiU. Todos los candidatos aseguran que la fórmula del tripartito puede estar agotada, pero sólo un sector crítico, el liderado por Uriel Bertran y Jaume Renyer, aboga por consultar su continuidad a las bases. Benach y Puigcercós prefieren esperar a las próximas elecciones.

- ¿Cantos de sirena de CiU? Desde la recuperación de la democracia, CiU y Esquerra encadenan amores y odios. Juegan en el mismo campo, pero nunca se llegan a entender. El histórico desprecio que Jordi Pujol manifestó a la Esquerra de Carod Rovira aún escuece en la dirección republicana, a menudo acomplejada por quien consideran su hermano mayor, CiU. Por eso los independentistas rehúyen a Artur Mas y los suyos, pues creen que su sombra sería demasiado alargada. CiU insiste en los cantos de sirena con la esperanza de romper el tripartito. Sin ir más lejos, el ex presidente de ERC Àngel Colom, militante ahora de Convergència, apareció ayer en el blog de Artur Mas con una llamada a tender puentes entre CiU y ERC.

- ¿Vida más allá de Carod? Los mejores resultados de ERC desde el restablecimiento de la democracia llegaron con Carod. Primero en las autonómicas de 2003, en las que decidieron proclamar presidente al socialista Pasqual Maragall, y después en las generales de 2004, cuando cosechó más de 600.000 votos con Carod como ariete contra el aznarismo. Ahora, ERC deberá fabricar otro candidato.

- ¿Modelo PNV o necesidad? Hace un año y medio, y para justificar el segundo tripartito, Esquerra indicó que era el momento para que "los que mandan en el partido manden en el Gobierno". Por eso entró Puigcercós como consejero de Gobernación. Se marchó hace dos meses para preparar el congreso. ¿Y ahora? Se aboga por el modelo del PNV con un partido fuerte con delegados en el Gobierno catalán.

- ¿Mirarán bajo la alfombra? Se ha hablado poco de la financiación interna. El candidato carodista a secretario general, Rafel Niubò, apuesta por dos auditorías externas anuales, también a la fundación del partido, en la que presume prácticas opacas.