El tripartito vasco se "enmaraña" en la consulta
Urkullu, Ibarretxe y Ziarreta evidencian diferencias en la recta final del proyecto
Justo lo contrario de lo que recomendó el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, "no enmarañarnos en la consulta", es lo que está haciendo el tripartito del Gobierno vasco. El martes y ayer han quedado patentes de nuevo fisuras entre el lehendakari y el propio Urkullu, y entre éste y el presidente de EA, Unai Ziarreta. El tercer socio, Ezker Batua, prepara un referéndum interno para fijar la posición de sus parlamentarios en el pleno de la Cámara vasca que dictaminará el proyecto a fin de mes.
Urkullu hizo esa llamada a no enredarse con la consulta al día siguiente de la entrevista entre el lehendakari y el presidente del Gobierno en La Moncloa. Desde entonces, casi cada día proporciona una nueva evidencia de que las coincidencias entre el PNV, EA y EB -e incluso entre el lehendakari y su propio partido- respecto al modo de entenderla son endebles: no alcanzan siquiera a una mínima estrategia común de comunicación para las tres semanas que median hasta ese pleno del Parlamento vasco.
El enredo se palpa incluso entre el líder del PNV y el lehendakari, que emiten mensajes en distintas frecuencias. Urkullu anunció que las preguntas de la consulta contendrían un rechazo explícito a ETA. En tres días se vio desmentido por el propio texto del proyecto de ley.
Ayer, de nuevo, Ibarretxe evitó validar una afirmación del presidente de su partido: la de que la consulta no se celebrará si el Tribunal Constitucional la desautoriza. "No hagamos lo mismo que el Gobierno español", le aconsejó el lehendakari en una entrevista en Radio Euskadi, en referencia al anuncio de que se impugnará el texto antes de conocerlo. Urkullu había sido tajante: "No se abrirán las urnas", afirmó el martes. Ibarretxe no aclaró qué hará.
Urkullu se topó además con la crítica explícita de Ziarreta: "Decir que vamos a acatar sin más la legalidad española es reconocer de antemano la derrota", le dijo.
En la trastienda late la notable diferencia, en términos de entusiasmo por la iniciativa, que separa a unos (Ziarreta y el lehendakari) y otro (Urkullu); y la preferencia del presidente del PNV de que sea el propio Parlamento el que frene la iniciativa, frente a quienes quieren luz verde, para escenificar luego la confrontación con Zapatero y el PSOE que Ibarretxe busca.
El anuncio de Urkullu no es inocuo en ese terreno. Da argumentos en contra del proyecto a aquéllos de quienes depende una salida u otra: el PCTV. Ayer mismo, sus portavoces se acogieron a él para recalcar más el carácter electoralista y de "trampa" para la izquierda abertzale de la iniciativa de Ibarretxe. El sentido de su voto quedó de nuevo sin desvelar, pero el lehendakari y EA muestran una gran fe en la aprobación del proyecto.
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