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El libro de estilo de los obispos españoles

"Si no podemos ser éticos, seamos al menos estéticos", ironiza el cardenal de Sevilla, Carlos Amigo, comentando los problemas de los obispos españoles con los medios de comunicación. Lo dijo el martes pasado en Roma, en la Embajada de España ante el Estado de la Santa Sede, con motivo de las celebraciones del 50º aniversario de la revista católica Vida Nueva. Parecía referirse a la Cope, de propiedad episcopal, pero después extendió el reproche a todos los medios de comunicación social.

"Un dolor de cabeza permanente". Eso sienten los prelados, según Amigo, cuando debaten sobre la Cope -el último incidente, la acalorada disputa sobre si debían renovar contrato, o no, a Federico Jiménez Losantos-, y también ante el resto de los medios de comunicación. El portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Martínez Camino, considera a los periodistas, en general, "mensajeros del mal". Y el cardenal Rouco, líder del Episcopado desde marzo pasado, siente a su Iglesia maltratada por la prensa, hasta el punto de que, sostiene, "si hubiéramos actuado como hacen otras instituciones que se defienden, tendríamos que estar en los juzgados todos los días".

Fue el danés Sören Kierkegaard quien utilizó primero la frase de Amigo sobre la ética y la estética. Migajas filosóficas. El cardenal pudo acudir a una cita más cercana, del pensador católico José María Valverde. "Nulla estetica sine ètica, ergo apaga y vámonos", dijo cuando dimitió de su cátedra en Barcelona y marchó al exilio en protesta por las expulsiones de la Universidad, en 1964, de los profesores Tierno Galván, Aranguren y García-Calvo por las autoridades académicas de la dictadura franquista.

Donde no había ética, no podía enseñarse estética. Un periodista católico ironizó en Roma sobre el juego de palabras del cardenal Amigo a propósito de la famosa frase de Kierkegaard. Dijo: "No juguemos con la ingenuidad del esteta. Si se actúa mal, ya no somos pícaros, sino pecadores".

Los obispos proclaman que "el libro de estilo de un periodista católico es el Evangelio". Lo subrayó Carlos Amigo en Roma, ante varios altos prelados del Vaticano. El cardenal destacó de forma especial lo de "periodista católico", quizás para disculpar mejor que la CEE hubiese decidido, una semana antes, que "lo oportuno, en las actuales circunstancias", era que Jiménez Losantos "continuara adelante".

¿Periodistas católicos? Jiménez Losantos no es católico, según propia confesión. No lo es tampoco César Vidal, el otro gran comunicador de la cadena episcopal, confeso de una Iglesia protestante. Ni siquiera tienen título oficial de periodismo. Vidal es licenciado en Derecho y doctor en Historia; Jiménez Losantos, licenciado en Filología.

En Roma se discutió el pasado martes sobre cómo se comunican los obispos españoles. "El Vaticano está informado [sobre la Cope] y desea una emisora que no genere dificultades", opinó ayer el cardenal de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, en declaraciones a La Vanguardia. "La deriva de la Cope dificulta y perjudica la labor de la Iglesia", proclama el prelado catalán, miembro del Comité Ejecutivo de la CEE.

También Joaquín Luis Ortega, ex director de la Biblioteca de Autores Católicos (BAC) y ex portavoz de la CEE, reclama a los obispos que exijan a la Cope "fidelidad integral a su identidad eclesial". "Nec temere, nec timide" [ni con temeridad, ni con timidez], es el consejo que Ortega ofrece a los comunicadores católicos.

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