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Entrevista:PAUL VOLCKER | Ex presidente de la Reserva Federal de EE UU

"Hemos consumido en exceso"

Con 80 años recién cumplidos, Paul Volcker sigue siendo una voz respetada en el mundo económico. Presidió la Reserva Federal en un periodo difícil, entre 1979 y 1987, con Jimmy Carter y Ronald Reagan en la Casa Blanca. Al tomar las riendas de la política monetaria estadounidense se encontró con una inflación superior al 10%, y decidió frenarla con una drástica subida de los tipos de interés. El tratamiento de choque frenó la escalada de los precios, pero provocó la peor crisis en EE UU desde la gran depresión de los años treinta. A pesar del desastre, muchos economistas elogian la firmeza de este hombretón de dos metros de estatura en la lucha contra la inflación y sostienen que allanó el terreno a sus sucesores, Alan Greenspan y Ben Bernanke, para manejar con independencia la política monetaria.

"Apoyo a Obama. Pienso que necesitamos un cambio"
"No hay razones para pensar en un regreso rápido al crecimiento"

Demócrata de toda la vida, Volcker apoya la candidatura de Barack Obama a la presidencia de su país por considerarlo capaz de unir a sus ciudadanos y de ofrecer una imagen más conciliadora de EE UU al resto del mundo.

Pregunta. ¿Cómo calificaría el estado actual de la economía de EE UU? ¿Es una recesión, un periodo de lento crecimiento, un ajuste?

Respuesta. La economía estadounidense está plana. Si estamos o no técnicamente en recesión es actualmente objeto de debate. Los economistas, que no son precisamente certeros a la hora de hacer previsiones, están divididos. Algunos creen que seguiremos planos durante un tiempo y que la recuperación será lenta; otros temen que caigamos en una recesión más grave.

P. ¿Cuál es su opinión personal al respecto?

R. No me está permitido tener una opinión personal [ríe]. No soy buen pronosticador, así que prefiero no ponerme de ningún lado.

P. Pero usted ha dicho que la situación actual le recuerda a la de los años setenta.

R. Sobre todo en lo relativo a los precios. A principios de los setenta, la inflación subía en EE UU a más velocidad de lo deseable, en torno al 4%. Entonces llegó la crisis del petróleo y también tuvimos una crisis alimentaria, con un aumento rapidísimo de los precios, especialmente de la soja. Había esperanzas de que los precios bajaran y de que la inflación se contuviera. A medida que avanzó la década, los precios del petróleo y de los alimentos fueron bajando, pero la inflación empeoró y tuvimos una gran crisis. No me gustaría revivir esa experiencia.

P. ¿Hay peligro, entonces, de que la inflación quede fuera de control?

R. Decir fuera de control me parece excesivo, pero tenemos que estar en guardia. La experiencia de los años setenta demuestra los riesgos de no prestarle la atención debida. Creo que la Reserva Federal es consciente de ello a la hora de tomar sus decisiones. Recientemente ha manifestado su preocupación por la inflación.

P. ¿Cuánto va a durar la crisis?

R. Va a durar un tiempo. En EE UU hemos cometido muchos excesos, particularmente en el sector inmobiliario, como ha ocurrido también en España. Hay paralelismos en ambas situaciones. No hay razones para pensar en un regreso rápido al crecimiento. El problema subyacente es que hemos consumido en exceso. El consumo en EE UU creció más allá de lo sostenible, y lo hizo así porque nos han prestado mucho dinero, especialmente los países asiáticos con superávit y, más recientemente, los países ricos exportadores de petróleo. Pero esto no puede durar siempre. Lo que pasa ahora, en mi opinión, es que el consumo se está conteniendo. A la gente no le gusta que eso pase, pero es necesario. Sin embargo, EE UU atraviesa una buena situación exportadora. Nuestra posición exterior parece estar mejorando rápidamente en términos reales. Los precios del petróleo lo están oscureciendo, pero las exportaciones están creciendo más de lo esperado y están compensando la caída del consumo. Espero que esta situación continúe y siente las bases para reanudar el crecimiento.

P. Pero eso tiene mucho que ver con la caída del dólar...

R. Soy consciente de ello [se ríe de nuevo].

P. ¿Qué opinión le parece que el euro esté tan fuerte?

R. El euro está fuerte porque el dólar está débil. El euro lleva la carga de la debilidad del dólar. Los países asiáticos son también muy competitivos. Sus divisas están fortaleciéndose, pero no tan rápido. Es verdad que hay un cierto desequilibrio.

P. ¿Cuáles son las raíces de la crisis actual?

R. La razón de fondo es el consumo excesivo, el gasto excesivo en comparación con nuestra producción. Ha habido demasiado crédito, todo ello complicado por cambios bastante radicales en el sistema financiero. Además, hemos pasado de un sistema dependiente principalmente de los bancos -todavía lo es, pero menos- a un sistema que depende más del mercado abierto, del intercambio. Es un sistema muy complicado, con muchísima ingeniería y con muchas incertidumbres. Ha sido sometido a examen y ha suspendido.

P. Hay quienes culpan a la Reserva Federal por haber incitado al consumo con tipos de interés muy bajos. ¿Está de acuerdo?

R. Tengo por costumbre no hacer comentarios sobre la Reserva Federal. La gente podría tomárselos demasiado en serio.

P. ¿Ha hecho la Fed lo correcto para frenar la crisis?

R. No quiero meterme en la cuestión de si ha hecho lo correcto o no. Ha hecho frente a una situación muy difícil y ha tomado decisiones acorde con la situación. No es momento de mirar atrás, sino de pensar en las implicaciones que toda esta situación tendrá en el futuro. En EE UU y en otros países, las autoridades monetarias nacieron para bregar con un sistema centrado en los bancos, y ahora tenemos un sistema más centrado en el mercado. El apoyo que se ha prestado a una entidad no bancaria como Bear Stearns es reflejo de unos cambios en el sistema financiero con todo tipo de implicaciones, que deben resolverse: ¿qué responsabilidad tienen la Reserva Federal y los demás bancos centrales hacia entidades no bancarias? Si reciben el apoyo de los bancos centrales, ¿no deberían ser reguladas y supervisadas por el banco central o por otra institución?

P. Usted está a favor de más supervisión en Wall Street...

R. Debería haber más regulación y supervisión de las compañías que se coloquen bajo el paraguas del banco de último recurso. Hay que tener cuidado de que la supervisión no sea excesiva o arbitraria. Tiene que haber un equilibrio.

P. ¿Por qué apoya a Barack Obama para la presidencia?

R. Ahora entramos en un asunto sensible. ¿Qué piensa la gente en España?

P. La mayoría parece esperar un cambio, una actitud más conciliadora de EE UU.

R. Por eso apoyo a Obama. Pienso desde hace tiempo que necesitamos un cambio. Ha habido demasiado conflicto, demasiado partidismo, y él ha puesto el énfasis de su campaña en la necesidad de unir al país en lugar de continuar con las peleas partidistas, con la excesiva influencia del dinero en la política.

P. ¿Va a ser Obama capaz de llevar a cabo los cambios sustanciales que promete?

R. Será difícil, pero creo que él ofrece la mejor oportunidad para que haya un cambio constructivo.

P. Mucha gente teme que un Gobierno demócrata retome la senda del proteccionismo.

R. No estoy de acuerdo. En vista de la situación actual, los candidatos son conscientes de que no es el momento de tomar medidas drásticas de liberalización y apertura. Pero creo que lo más inteligente es no mirar hacia atrás.

P. ¿Va a ser la política económica de Obama muy diferente a la de Bush si llega a la presidencia?

R. Será diferente, suponiendo que la actual Administración de Bush tenga una. No tengo una relación estrecha con Obama y no puedo hablar de su política económica con conocimiento de causa. Le apoyo por los motivos que le he comentado antes.

P. ¿Qué espera de él en materia económica?

R. Espero que ejerza el sentido común [más risas]. Si no fuera así, no lo apoyaría. -

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