Encontrar la aguja en el pajar
A Juani y David les tocó la lotería el 18 de diciembre de 2006, el día que el santoral dedica a la onomástica de Esperanza. Ellos eran incrédulos, y por eso no fueron al Palacio de los Deportes Martín Carpena, donde aquella mañana el Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) de Málaga sorteó 1.301 viviendas entre nada menos que 23.733 solicitantes. "Era como buscar una aguja en un pajar, echamos la solicitud por echarla, pensando que era imposible", dice Juani. Hasta el día siguiente no supo que fue posible. "Miré la lista en internet y daba saltos de alegría, no me lo podía creer, llamé y me lo confirmaron. Se me adelantó Papá Noel", relata. "Fue una sorpresa, sí", confirma David, pero inmediatamente advierte de que existe una "idea equivocada" de que una VPO es un piso regalado. "La casa cuesta más de 100.000 euros, y tenemos que pagar más de 30.000 antes de la entrega de llaves, en poco más de un año, así que no es que te lo regalen, hay que hacer un esfuerzo importante".
En el sorteo del día de La Esperanza, Juani y David se ganaron el derecho a una vivienda de tres dormitorios en Soliva, una barriada de nueva construcción en las afueras de Málaga, que si todo va bien recibirán en unos 12 meses. A partir de entonces pagarán durante 25 años una hipoteca mensual de 460 euros, menos que los 500 que ahora pagan por el alquiler de un apartamento de 50 metros. "Será muy llevadera", admite la mujer. Eso sí, en este tienen otros 50 metros cuadrados de terraza, y en Soliva sólo tendrán balcones, y es que "alguna pega tendría que tener..."
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