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Reportaje:Especial infantil y juvenil

La estela de Harry Potter

Lo sé. Estoy seguro de que estarán bien". Con estas palabras, J. K. Rowling puso fin a las aventuras de Harry Potter, dejó huérfanos a millones de lectores y abrió la veda para que se consolasen con otros títulos. Porque, como aseguran desde Salamandra, su editorial, hay vida más allá del niño mago, y el mercado está ansioso por llenar el hueco que ha dejado. Un vacío de 12 millones de ejemplares, que son los que ha vendido la saga entre España y Latinoamérica. "Hay que agradecer a Harry Potter los miles de jóvenes lectores que ha acercado a la literatura. Ya les ha picado el gusanillo y seguirán leyendo. La cuestión es que, si antes había una opción obvia, ahora hay cinco, y el objetivo es que escojan la nuestra", explica Michi Strausfeld, de Siruela. Cómo hacerlo es la pregunta del millón. Y la respuesta de todas las editoriales es "novela fantástica". A secas o con tintes góticos, cómicos o de aventuras. Pero siempre novela fantástica.

"El género fantástico siempre ha existido pero ahora está viviendo su momento. Aún le queda tirón", dice Reina Duarte
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Algo que sorprende si se tiene en cuenta que el género preferido por los jóvenes de 14 a 24 años es el de aventuras, según los últimos datos del Ministerio de Cultura. Pero que resulta totalmente coherente con el listado de libros más leídos del año pasado. Y que son, por orden, Harry Potter, Memorias de Idhún, Eragon, Las crónicas de Narnia y El Principito.

Para Fernando Lalana, premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 1991, parece claro que los ahora desolados fans de Harry Potter sólo quieren leer más de lo mismo. "El lector de fantasía es mucho más cautivo que el de aventuras o misterio. No descubre nuevos géneros", se queja.

Reina Duarte, de Edebé, sostiene que el actual auge de hadas, brujas, unicornios y dragones es un fenómeno natural: "Cuando un libro te ha gustado mucho quieres que no se acabe o leer algo parecido. El género fantástico siempre ha existido, pero ahora está viviendo su momento, como hace unos años lo hizo la psicoliteratura, centrada en temas como el divorcio o la anorexia. La efervescencia pasará pero todavía le queda tirón". Tanto confía en la buena salud del género que una de las grandes apuestas de su editorial es el lanzamiento, para 2008 y 2009, de Portacoeli, una serie de cuatro novelas fantásticas ideadas por una escritora novel, Susana Vallejo. En Siruela también creen que los lectores aún están muy lejos de saturarse de tanta fantasía. La prueba la tienen en su propio catálogo con Cornelia Funke, conocida como la J. K. Rowling germana, y su Mundo de Tinta. La última entrega de esta trilogía, Muerte de Tinta, se presenta en junio en España. En Alemania ya ha vendido más de 600.000 copias en menos de un mes. "Son fenómenos que se producen sólo de vez en cuando y siempre suelen tener el mismo efecto. También en la literatura adulta. Sólo hay que pensar en casos como El nombre de la rosa o El Código Da Vinci", recuerda Michi Strausfeld. Como en estas dos novelas, Muerte de Tinta también tendrá, en 2009, su versión cinematográfica, con Brendan Fraser y Helen Mirren como protagonistas.

Un extra cada vez más importante para las editoriales por su efecto multiplicador. "Ahora se busca el libro y todas sus circunstancias. Si sabes que hay una película o un videojuego, sabes que tienes un público potencial. También si tiene una temática determinada como, por ejemplo, el toque romántico para las chicas", explica Marta Vilagut, editora de Destino Juvenil. A medio camino entre el terror, el amor y, por supuesto, la fantasía, proponen Despertar, el primer tomo de las Crónicas vampíricas, de L. J. Smith.

Y es que, además de demostrar que los niños pueden leer libros de más de 100 páginas, Harry Potter ha recordado la importancia del libro como aglutinador social. "Se buscan libros a través de los cuales el lector joven puede sentirse conectado con un grupo con el que comparte gustos e ideales", apunta Vilagut. Nada tan efectivo comercialmente como crear una comunidad en torno a un título. Y para conseguirlo, Internet es la mejor herramienta. La escritora Laura Gallego lo sabe bien. Ha vendido 400.000 ejemplares de su trilogía Memorias de Idhún gracias, en buena parte, al boca a boca. Antes de lanzar su nuevo libro, Dos velas para el diablo (SM), creó un blog, www.el diariodecat.grupo-sm.com, en el que explicaba parte del argumento a través de la protagonista de la novela. Pero para Reina Duarte la clave del éxito del género y, en general, de cualquier obra juvenil actual reside en un argumento universal y no en los foros de internet. "La guerra de las brujas entraba en una casa porque lo traía la hermana mayor de, por ejemplo, 17 años, luego lo leía la de 14 y después la madre, a la que también le gustaba y se lo pasaba a sus amigas". Fernando Lalana está de acuerdo: "Un libro juvenil que se caiga de las manos de un adulto no es un buen libro. Es la prueba del algodón". Maite Carranza, que ha vendido 130.000 ejemplares de La guerra de las brujas, cree que el secreto está en superar los personajes tópicos y típicos del género -el hada buena, el duende travieso, la bruja mala- y crear protagonistas con conflictos en los que los lectores se puedan ver reflejados. ¿Su próximo proyecto? Una novela de fantasía, por supuesto. "Fantasía mezclada con humor", puntualiza.

Porque aunque desde las editoriales se sigan publicando libros de aventuras, ecología o misterio, lo cierto es que el género fantástico se impone por la supremacía de las cifras. "Los chicos son muy exigentes y buscan calidad, pero la verdad es que, cuando hemos publicado novelas realistas, no hemos tenido tan buenos resultados", confiesan desde Roca. Tras el éxito de las obras de Christopher Paolini, Eragon y Eldest, de las que han vendido unas 350.000 copias, la editorial sigue apostando por los mundos ficticios con El alquimista, de Michael Scott.

Desde la editorial Siruela son más optimistas. "Hay sitio para muchas tendencias. Hay muchos ríos en los que pescar", dice Strausfeld. También desde Salamandra aseguran que, aunque ya han notado "una retracción de las ventas", buscan "títulos y no un género". Nada de intentar encontrar al nuevo Harry Potter. "No nos saldría. Ni siquiera cuando estábamos en el auge de la locura nos planteábamos buscar un sustituto. Sacamos cinco títulos al año y nos dejamos guiar por nuestro gusto personal", explica su director, Pedro del Carril. Aun así, una de sus grandes apuestas para este año es una novela protagonizada por una chica capaz de ver a los elfos que viven entre los humanos: Encanto fatal, de Melissa Marr.

Muerte de Tinta. Cornelia Funke. Traducción de Rosa Pilar Blanco. Siruela. 704 páginas. 24,90 euros. Despertar. L. J. Smith. Traducción de Gemma Gallart. Destino Juvenil. 253 páginas. 14,95 euros. Dos velas para el diablo. Laura Gallego. SM. 416 páginas. 16,95 euros. El alquimista. Michael Scott. Traducción de María Angulo Fernández. Roca Junior. 429 páginas. 16 euros. Encanto fatal. Melissa Marr. Salamandra. 320 páginas. 14,50 euros.

Ilustración de Cornelia Funke para su libro <i>Muerte de Tinta</i> (Siruela).
Ilustración de Cornelia Funke para su libro Muerte de Tinta (Siruela).

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