La Gardunya conectará con los jardines de la Biblioteca de Catalunya

La plaza de la Gardunya de Barcelona empezará una profunda renovación el año que viene y que no concluirá hasta 2012. Y, en realidad, no acabará ahí porque enlazará con el reordenamiento del recinto que alberga la Biblioteca de Catalunya, la biblioteca popular y la Escola Massana. La conexión entre ambos espacios se llevará a cabo de dos formas: abriendo un pasaje hacia los jardines de Rubió i Lluch y haciendo más permeable la actual fachada de los edificios que se construyeron en la década de 1940, anexos al recinto gótico. En resumen, la parte alta del Raval encara años de obras, según dejó claro ayer el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, y la edil del distrito, Itziar González.

Ésta es una transformación de calado que persigue que la Gardunya se convierta en una plaza de 4.000 metros cuadrados con espacio para todo: terrazas, paseo y hasta zona verde, algo muy difícil de conseguir en el centro histórico de la ciudad.

La reforma de la plaza de la Gardunya supondrá una inversión de unos 90 millones de euros. Las obras empezarán en 2009 por el aparcamiento, que será soterrado por completo -la primera planta reservada para el mercado de la Boquería con la carga y descarga y almacenes- y ganará espacio por los márgenes: hacia el subsuelo de la Boqueria y la calle de Floristes de La Rambla (véase EL PAÍS del jueves). En total, las tres plantas del aparcamiento tendrán 450 plazas.

El mercado crecerá por detrás y, sobre todo, tendrá un tratamiento acorde con el resto de la plaza según el proyecto de la arquitecta Carme Pinós. Las obras del aparcamiento coincidirán con la construcción de un bloque de viviendas al norte de la plaza. Un total de 64 viviendas que, en parte, se utilizarán para realojar a la veintena de familias afectadas por los derribos de otros edificios, situados al sur de la Gardunya. En ese espacio es donde se levantará la futura Escola Massana. Será un edificio que gira hasta enfrentarse al teatro Romea, en la calle del Hospital. El aparcamiento y los pisos deberían estar listos en 2011 y la Escola Massana, en 2012. Son unos plazos que algunos técnicos municipales insistían en señalar que eran "muy" optimistas porque todos dan por sentado que al excavar los márgenes del actual aparcamiento saldrán restos de alguna etapa de la historia de Barcelona. La cuestión es si esos trabajos supondrán una demora en el conjunto de las obras, algo que ha ocurrido sistemáticamente en Ciutat Vella.