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"Tuve que asumir muchos compromisos impropios"

Burgos dejó Jaume II El Just con un plan de financiación

Miquel Alberola

El ex gerente de la Fundació Jaume II El Just, Vicente Burgos, ha querido desmarcarse de la actual situación financiera de este organismo, que según varias fuentes arrastra un déficit de nueve millones. El ex gerente afirma que en noviembre de 2007, cuando salió de la institución encargada de recuperar y divulgar la historia y el patrimonio del cenobio de Santa María de La Valldigna, dejó las cuentas con "un apalancamiento financiero" de "unos cuatro millones", así como "un cash [dinero en efectivo] de 800.000 euros".

Gerardo Camps desconoce si tiene deuda, "aunque puede que tenga"
El PSPV pregunta en las Cortes sobre la situación del organismo

"Había un plan de financiación externa, por lo que no se podía considerar deuda, ya que en ese momento ni había vencido ni era exigible", señala. La insolvencia de la fundación ha provocado serios problemas a las empresas acreedoras.

Según Burgos, el presupuesto de tres millones de euros anuales, "gestionando bien la capacidad de financiación", permitía "jugar" con la deuda en varios ejercicios presupuestarios. "Yo tenía un plan de financiación externa, pero se lo cargaron hace ocho meses y ahora han vencido muchos de los compromisos y, junto a los otros proyectos que estaban en marcha, como la restauración del Refectorio, se ha elevado la deuda, que es lo que pasa si no se gestiona bien", refiere.

Su gestión en la fundación ha sido calificada por algunos conocedores de la situación como megalómana y desmesurada, ya que la programación desbordaba con mucho el presupuesto. El ex gerente asegura al respecto que recibió el encargo de "crear el símbolo" y "generar una actividad y una rehabilitación rápida". Pero además, asegura que la institución se convirtió en una caja de ocurrencias en la que cabía todo lo que no encajaba en otras instituciones. "Tuve que asumir muchos compromisos que no eran propios por alta intendencia, que no estaban en el orden presupuestario de la fundación, aunque sí en el de la consejería", relata. Entre otros, enumera la compra del claustrillo del Abad (1,1 millones), el musical Balansyyá (800.000 euros), la exposición Faraones para el Ayuntamiento de Alicante (2 millones), o los gastos de la presentación en el Palau de les Arts de la película Tirant lo Blanch.

Por su parte, el consejero de Economía, Gerardo Camps, preguntado sobre el estado económico del organismo, ha asegurado que "funciona perfectamente" y que, en el ámbito de sus competencias, "no tiene ningún plan de saneamiento en marcha". "Desconozco si tiene deuda, aunque puede que tenga algún endeudamiento", afirmó.

A ese respecto, la diputada socialista Ana Noguera presentó el pasado 14 de abril una pregunta al pleno de las Cortes sobre la situación económica del organismo, alertada por una reciente transferencia del Consell de 2,3 millones y la concesión de la gestión del monasterio a la fundación, cuando su presencia se ha difuminado en la estructura de la Administración e incluso su web se ha vuelto inaccesible.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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