"Estoy implicado en cortar la transmisión del odio y el rencor"
Iñaki García Arrizabalaga pidió a su audiencia en el Kursaal -500 víctimas, el Gobierno vasco en pleno, la Mesa del Parlamento y la Comisión de Víctimas y todos los partidos vascos al máximo nivel, salvo el PP- que se comprometieran a contribuir con "políticas inequívocas" a la deslegitimación del terrorismo, frente a quienes justifican su perpetuación.
Pregunta. Asistía por vez primera a este homenaje,¿cómo vivió el acto del Kursaal?
Respuesta. Me impresionó la frase de Maixabel Lasa cuando dijo que hace diez años ese acto hubiera sido considerado una provocación. Dio en el clavo. Yo estaba en primera fila y fui consciente de cómo habían sufrido quienes tenía al lado: la viuda de un policía nacional y el hijo de un asesinado por el Batallón Vasco Español. Eso es lo que debe unirnos: la consideración de que el sufrimiento no tiene colores, ni banderas ni ideología. Por eso, también me pareció un acierto el haber abierto el abanico a las víctimas de grupos de extrema derecha.
"El homenaje ha sido como un acto de contricción colectiva"
"Covite se equivocó en no asistir sólo por las 500 víctimas que había allí"
"A los gobernantes les dije que no intenten dar una de cal y otra de arena"
P. ¿La función de estos homenajes es la de ser un bálsamo para restañar las heridas?
R. Sirven como un reconocimiento social que es absolutamente necesario y como un acto de contricción colectiva ante el estigma que han vivido las víctimas. Hemos sido como un trapo sucio y ahora se está reivindicando que no somos nada sucio y mucho menos trapo. Estos homenajes tienen también la vertiente educativa de mostrar a la sociedad el sufrimiento de tantas personas inocentes a las que se les debe agradecer que hayan tenido una reacción cívica serena.
P. Usted recordó que la sociedad les debe a las víctimas el no haber agitado el enfrentamiento civil. Y fue aplaudidísimo.
R. Pero no lo dije en clave de deuda. Siempre he tenido la preocupación, y en ello estoy personalmente implicado, por cortar la transmisión del odio y el rencor. Recuerdo cómo me impactó la noticia de que habían detenido por terrorista al hijo del dirigente etarra Josu Ternera, un ejemplo de esa transmisión padre a hijo. Creo que se nos debería reconocer el que no hayamos reaccionado enfrentándonos a nuestros agresores.
P. Pidió que se abrieran las aulas a los testimonios de las víctimas, ¿sería una fórmula liberadora y eficaz?
R. No soy experto en educación por la paz, pero han hecho alguna experiencia piloto en San Sebastián y los testimonios de las víctimas del terrorismo de ETA no han tenido un tratamiento específico, se han diluido en la denuncia de la vulneración de otro tipo de derechos como la discriminación por sexo, edad, religión o raza. Aquí podemos hablar de Colombia, pero no de nuestro problema y cuando se aborda algo de las víctimas del terrorismo se hace dentro de un pack muy amplio que incluye todos los derechos humanos.
P. El protagonismo de las Fuerzas de Seguridad en el acto fue importante e histórico.
R. Y educativo. Lo cual no quiere decir que tengamos que compartir lo que la Guardia Civil representa, pero sí un reconocimiento objetivo del esfuerzo a favor de la democracia y de las vidas que esa gente ha estado dando por nuestra libertad y seguridad.
P. A los políticos les dijo que cree sincero su compromiso ético con las víctimas pero que pierdan sus miedos a deslegitimar el terrorismo. La víspera precisamente habían aprobado el acuerdo parlamentario de denuncia de torturas.
R. Hasta la presidenta Izaskun Bilbao me reconoció la inoportunidad de ese acuerdo. Yo creo que tienen que deshacerse de esos miedos a perder la identidad o a que el euskera se quede sin defensores si cuestionan el terrorismo de forma inequívoca. Y que no intenten, como siempre, dar una de cal y otra de arena, porque la verdad y la razón no están en medio.
P. ¿Y piensa que su mensaje puede calar?
R. Creo que ese mensaje va a tener que ser repetido muchas veces. Yo he militado en Euskadiko Ezkerra y conozco algo cómo respira el nacionalismo. El superar esos miedos irracionales a la disgregación del mundo nacionalista si se actúa de forma inéquívoca requiere un importante proceso de reflexión.
P. ¿Qué le pareció la ausencia de Covite y el PP?.
R. Covite se equivocó. Primero, por las 500 víctimas que estaban allí presentes. Mi intervención fue crítica con muchas de las instituciones representadas, pero era una ocasión adecuada para que esa gente escuchara sin intermediarios un mensaje. Además, es un mandato del Parlamento, la máxima representación de nuestra sociedad. En cuanto al PP, su ausencia diluye el mensaje de deslegitimación del terrorismo que se trataba de dar.
Iñaki García Arrizabalaga
Iñaki García Arrizabalaga (San Sebastián 1961), es hijo de Juan Manuel García Cordero, Delegado de Telefónica, asesinado en 1980 por los Comandos Autónomos, una escisión de ETA.
El fue una de las cuatro víctimas que intervino en el acto de homenaje celebrado el pasado domingo en el Kursaal. Con un discurso lúcido y comprometido, este profesor del campus donostiarra de la Universidad de Deusto denunció las incoherencias de nuestros gobernantes, allí presentes.
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