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Reportaje:MITSUBISHI LANCER 2.0 DI-D INSTYLE | PRUEBA

Prima la economía y la deportividad

Deportividad y economía son las armas elegidas por Mitsubishi para intentar que el nuevo Lancer no sufra la caída de ventas que afecta a la mayoría de las berlinas ante la ofensiva de los monovolúmenes y todoterrenos de su tamaño. La primera se aprecia en un diseño con carácter que viste la línea y el interior, y se refleja también en el comportamiento y la conducción. La economía se logra con un motor turbodiésel de VW que gasta muy poco -puede bajar de seis litros- y unos precios ajustados: desde 20.450 euros. Pero lo importante es que todo unido conforma un familiar sugerente y competitivo que, aunque presenta carencias, como la insonorización, rompe la monotonía imperante en este tipo de coches.

Más información
Una berlina con carácter

De los rallies a los cazas

Pocas marcas de automóviles tienen dos modelos tan emblemáticos como el Evolution, que lleva décadas coleccionando mundiales de rallies, y el Montero, el todoterreno victorioso del Dakar. Pero a pesar de contar con dos de los iconos más carismáticos del motor, Mitsubishi no ha aprovechado su leyenda para reforzar la imagen, a veces anodina, de los coches de serie que sirven de base. Ahora, haciendo de la necesidad virtud, parece cambiar el registro. Y en un mercado saturado de berlinas casi clónicas que están perdiendo el favor de las familias, proponer algo diferente no parece mala solución, en especial si la tarta a repartir es cada vez menor.

El nuevo Lancer explota por fin la herencia del evo, su hermano de carreras, y adopta un diseño mucho más deportivo que le distingue de su competencia. El frontal es la clave, porque adopta un perfil en cuña inspirado en los aviones de caza, con el borde central del capó más adelantado que la base del parachoques, y los faros y las aletas más retrasados y ladeados. Y el faldón inferior y las grandes tomas de aire terminan de realzar su carácter. El lateral es más sencillo y sólo remarca las aletas y la base de las puertas, pero el techo en arco se funde con una zaga corta como la de los cupés. El conjunto tiene fuerza y poder de seducción, lo que, unido a una longitud de 4,57 metros, sitúa al Lancer entre las berlinas medias más compactas, algo que se agradece al aparcar en ciudad.

El interior acusa un poco el tamaño, pero ofrece unas plazas delanteras amplias con asientos grandes y cómodos, unas traseras correctas y un maletero algo más pequeño que el de sus competidores. El diseño mantiene la estética deportiva en todos los detalles, desde el salpicadero hasta la instrumentación y la decoración (ver página 19). En cambio, los reglajes algo enérgicos de la suspensión y sobre todo una insonorización deficiente en la mecánica y la rodadura -la gran asignatura pendiente de la marca- penalizan el confort y enturbian un coche bien resuelto que aporta una conducción segura, divertida y gratificante.

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Dos motores y buenos precios

La gama Lancer tiene sólo dos motores: 1.8 de gasolina (143 CV) con cambio automático secuencial (26.200 euros) y 2.0 TDi de VW (140 CV) con cambio manual (desde 20.450 euros), ambos de seis marchas. Los precios son económicos e incluyen un buen equipo de serie. El acabado base Inform incluye siete airbags (uno de rodilla), ABS, control de estabilidad, aire acondicionado, ordenador de viaje, radio-CD, cuatro elevalunas eléctricos... El Intense añade climatizador, acceso sin llave y arranque por botón, control de velocidad, cargador de seis CD y sensores de lluvia y faros. Y el Instyle suma tapicería de cuero, navegador con pantalla táctil en color, faros bixenón y más detalles. La garantía es de tres años y se ofrece también la versión racing Evolution X, con motor 2.0 turbo (295 CV) y tracción 4×4 (desde 49.350).

Conclusión

El Lancer es una berlina familiar con carácter deportivo y precios asequibles para quienes disfrutan conduciendo. Tiene una imagen con carácter, un interior correcto y un buen equipo de serie. Y un motor turbodiésel que corre lo suficiente y gasta muy poco.

IMAGEN Y ECONOMÍA

El Lancer aporta una línea con carácter y un buen equipo de serie, con siete airbags y muchos detalles, incluso en el acabado base Inform. Es algo más grande que las versiones de cuatro puertas de los familiares compactos (VW Jetta) y más pequeño que las berlinas medias (407 y 9-3), pero sale más barato que la mayoría.

Con el acabado medio Intense cuesta igual que un 407 similar, que tiene siete airbags, pero no incluye cargador de CD ni acceso sin llave. El Jetta es 2.800 euros más caro, y la diferencia sube a 8.300 si se compara con el BMW 318d. Los dos incluyen un airbag menos, y el control de velocidad, el cargador de CD y los sensores de lluvia y faros son opcionales. Pero el BMW gasta un litro menos. El Saab 9-3 cuesta casi 10.000 euros más y hay que sumarle también los mismos elementos que le faltan al VW y al BMW, y el ordenador de viaje.

DISEÑO VISTOSO Y FUNCIONAL

El interior del Lancer está acorde con la estética deportiva de la carrocería y presenta un diseño moderno y vistoso. El salpicadero replica la forma en cuña del frontal, con la consola del navegador y la climatización formando una curva que sobresale en el centro y deja las zonas laterales más retrasadas. Pero tanto el volante, con los mandos integrados, como los atractivos relojes de la instrumentación y la banda que recorre la base imitando la fibra de carbono crean un ambiente inspirado en la competición que entra por los ojos. Hay también detalles austeros, como los paneles de las puertas, muy sencillos y con plásticos económicos, o las tapicerías grises, con costuras mal cosidas, un tanto pobres y poco acordes con el estilo del coche. Y la pantalla central táctil en color, que integra el equipo de música, el navegador en color y casi todos los accesorios, sólo está disponible en el acabado alto Instyle (en la imagen), que la incluye de serie.La línea deportiva no penaliza las plazas traseras, que ofrecen suficiente altura y espacio para las piernas, y tiene unos huecos correctos, con posavasos, repisas... Pero el maletero se queda justo (400 litros), aunque se amplía plegando los respaldos. La zaga es muy sencilla y sólo destaca el resalte del borde del capó.

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