El Banco de España endurece la concesión de hipotecas con más riesgo
El supervisor aprueba la nueva regulación sobre recursos propios de la banca
La cultura del riesgo va a cambiar en el sector financiero: las turbulencias obligan ante la sequía de liquidez, pero la regulación también aprieta el cinturón. El Banco de España aprobó ayer una circular de recursos propios -derivada de la normativa internacional denominada Basilea II- con algunas novedades interesantes. La regulación permitirá a los bancos liberar parte del capital que destinan a cubrir los riesgos normales derivados de su actividad. Pero a su vez endurece las operaciones de alto riesgo: las potencialmente morosas, las operaciones de capital riesgo, la unificación de deudas y parte del negocio hipotecario; en concreto, las hipotecas que se conceden por más del 95% del valor de tasación.
"Para fomentar la solvencia de las entidades e incentivar las buenas prácticas en la concesión de los créditos para la adquisición de inmuebles, aquella parte de los préstamos hipotecarios concedidos con esta finalidad (o los originados por consolidación de deudas) que superen el 95% del valor de garantía se tratan como activos de alto riesgo", según el Banco de España.
Esas hipotecas provocan problemas cuando el precio de la vivienda cae, como sucede ahora. Conocidas en la jerga financiera anglosajona como hipotecas sumergidas, impiden pagar la totalidad del préstamo aunque el particular venda su vivienda en un contexto de bajada de precios.
"Es una segunda línea de defensa para hacer frente a las pérdidas inesperadas más allá de las tradicionales provisiones", indicaron fuentes del Banco de España, que insistieron en que la gestión de riesgos en la banca española está ya muy afilada. "Lo normal es que no haya grandes cambios en los bancos españoles", según las mismas fuentes.
La autoridad monetaria destacó que la nueva regulación "es mucho más sensible al riesgo de crédito", en aspectos como el tratamiento de las titulizaciones o de los derivados financieros. La antigua normativa se había quedado atrás ante la creciente complejidad del sistema financiero, que incluye ciertos desarrollos que están en el epicentro de la tormenta que desataron el pasado verano las hipotecas basura en EE UU.
"Se están revisando aspectos de Basilea II por la crisis actual. Si la nueva normativa hubiera estado en funcionamiento cuando estallaron las turbulencias, hubiera ayudado a que los problemas fueran algo más tolerables", indicaron fuentes del Banco de España.
Ni la banca ni los supervisores esperan una revolución. No habrá grandes cambios en el capital bancario. "Hay que rebajar las expectativas de quienes piensen que Basilea II va a liberar recursos", explicó el Banco de España.
Subida de la morosidad
La desaceleración y el pinchazo inmobiliario empiezan a dejarse notar. Tras el fuerte repunte registrado desde finales de 2007, el presidente de la Confederación Española de las Cajas de Ahorros (CECA), Juan Ramón Quintás, advirtió ayer de que la morosidad en el sector seguirá subiendo hasta alcanzar el 3% en 2009.
Quintás indicó que la cadena "de injustificables errores y codicias" del sector financiero internacional ha provocado la situación actual. Destacó las dificultades para acceder a los mercados interbancarios, aunque subrayó que las cajas "ni se han despeinado ante esta situación".
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