El museo ya tiene fecha

Si el pasado diciembre el diputado general alavés, Xabier Agirre, no se atrevió a dar una fecha para la inauguración del Museo de Arqueología, prevista inicialmente para otoño de 2006, su segundo, Claudio Rodríguez, afrontó ayer el reto en la comisión correspondiente de las Juntas Generales: el edificio diseñado por Patxi Mangado abrirá sus puertas a finales de este año. Ocho años después de que el arquitecto navarro ganase el concurso con su proyecto Homogenic y tras innumerables contratiempos, las obras parecen atisbar su fin. La unión temporal de empresas (UTE) Dragados-Lagunketa prevé entregar el edificio el próximo 10 de junio.

Las constructoras quieren entregar el edificio el próximo 10 de junio

Eso sí, será tres meses después de la última y tercera ampliación del plazo que le concedió la Diputación desde que en febrero de 2007 dicha UTE reanudase unas obras que habían estado paradas durante casi un año por un enfrentamiento de la anterior constructora, Comsa, con el arquitecto. A ello se suman diversas tardanzas y negligencias en la ejecución de los trabajos.

Los retrasos han sido una de las constantes de este proyecto ubicado entre las calles Cuchillería y Tintorería, junto al palacio de Bendaña, que acoge el Museo de Naipes, con el que compartirá servicios. El retraso surgió desde la propia entrega del proyecto de Patxi Mangado, dos años después de ganar el concurso, y continuó con el inicio de las obras, 18 meses después, por problemas burocráticos.

Y no hay que olvidarse de los robos de material. El inmueble está recubierto de una piel de bronce, un metal muy apreciado por los ladrones dado su alto precio en el mercado. En otoño de 2007, una banda organizada sustrajo de un almacén de Vitoria 22 toneladas de placas recién llegadas de Alemania. A ello se han sumado otros hurtos menores.

Ahora ya sólo resta terminar con el programa de museografía que incluye la conexión con el Palacio de Bendaña. El próximo 1 de septiembre comenzará el traslado de piezas desde el viejo Museo de Arqueología para colocarlas en las nuevas salas y en los dos sótanos destinados a almacén.

El edificio ya presenta su fachada de láminas de bronce, horadadas por grandes prismas irregulares que permiten la entrada de la luz natural en todas sus salas. En todo momento, Mangado ha insistido en la complejidad de su propuesta. "El proyecto busca emular el espacio interior que representa una alegoría del descubrimiento, mostrando los objetos como si siguieran en la tierra", dijo el arquietcto en su momento. "Por eso, el contenedor es más importante que el continente, con una carga poética capaz de emocionar a los visitantes".