"Sufrimos alucinaciones"
El positivo de dos jugadoras de hockey puede apartar a la selección de los Juegos
Fue durante la noche del 17 de abril, en un humilde hotel de Bakú, capital de Azerbaiyán. La cena consistió en lo de siempre: pasta, arroz y agua mineral. Hacia los postres, mientras se repartía la fruta, en una de las tres mesas del comedor, se escuchó un murmullo extraño. Repentinamente, los comensales se sintieron indispuestos. "Raros", en palabras del director técnico de la federación de hockey, José Antonio Gil, que ayer lo observó a la luz de los últimos acontecimientos. Ahora dice que sospecha lo peor, un envenenamiento con sustancias alucinógenas: "Igual estábamos colocados".
Desde hace diez días, la federación española sabe que dos de sus jugadoras dieron positivo por una droga estimulante durante el preolímpico celebrado hace un mes en Bakú. El laboratorio de Moscú que ha hecho los análisis debe publicar ahora el contraanálisis. Si el positivo se repite, y España no puede probar que las jugadoras no tomaron sustancias prohibidas, la selección quedará excluida de los Juegos de Pekín. La sanción privará al equipo del derecho que se ganó en la final del torneo al derrotar a Azerbaiyán, que sería la beneficiada.
La federación cree que fueron envenenadas en el preolímpico de Azerbaiyán
A la espera del contraanálisis, la federación, orientada por los expertos médicos y jurídicos del Consejo Superior de Deportes (CSD), está diseñando una defensa basada en dos posibilidades. Primero, la prueba de la intoxicación. Segundo, la manipulación fraudulenta de los frascos de orina durante los controles. El CSD pidió ayer a la federación que no filtre más versiones sobre lo sucedido pare evitar obstrucciones en la defensa.
Si el segundo análisis da positivo, la Federación Internacional de Hockey (FIH) creará una comisión específica y pedirá alegaciones. Hasta la decisión final, el proceso puede durar unas dos semanas. Según José Antonio Gil, la demostración de la inocencia supone dificultades técnicas: "Será muy difícil".
La posibilidad del envenenamiento se centra en la cena del 17 de abril. "Hemos especulado con que pudo ser a través del aire, puesto que había una salida cerca de la mesa más afectada", dice Gil; "pero es una deducción nuestra. Somos legos en este tema, y pensamos que el agua no pudo ser porque nos aseguramos que el restaurante nos diera las botellas cerradas".
Los síntomas denunciados por las jugadoras y los miembros del cuerpo técnico más afectados coinciden con los derivados de la ingesta de una sustancia psicotrópica. La federación remitió un escrito para dejar constancia de la intoxicación de 15 personas y lo remitió a la directora del torneo el día 19 de abril. Gil hace una enumeración de los efectos: "Vértigo, debilidad en las rodillas, y ojos llorosos". El seleccionador nacional, Pablo Usoz, vivió la experiencia en primera persona: "Sufrimos alucinaciones. Era como estar borracho pero sin estarlo. Teníamos las pupilas dilatadas. No controlábamos la cabeza, teníamos pérdida del sentido de la orientación, nos pesaban los pies y no podíamos andar. No dominábamos las piernas. A algunas jugadoras les dio más fuerte que a otras. Una de ellas no pudo jugar al día siguiente, el último partido de la primera fase, contra Kenia".
El seleccionador apunta un dato: "En la selección de Ucrania, el día 19, hubo cuatro bajas por intoxicación durante el partido contra Azerbaiyán que decidía la clasificación para la final". Durante el torneo, la expedición española no dejó de sentirse "vulnerable", en palabras de Gil. Las condiciones eran muy desfavorables. "No comprendimos por qué la FIH decidió que el preolímpico se jugara en Azerbaiyán", dice Usoz; "un país sin tradición en este deporte, donde el hockey no es nada popular porque no juega absolutamente nadie, y que sólo sirve de vehículo para colocar una representación del país en los Juegos de Pekín".
En la federación presumen que pesaron los intereses económicos: ATA, un holding azerbaiyano basado en la industria petrolera, es uno de los principales patrocinadores de la FIH.
Pablo Usoz espera que la FIH tenga en cuenta que los controles antidopaje se hicieron sin cumplir el protocolo: "Nos han dicho que el médico del torneo hizo un informe sobre las irregularidades: había gente extraña de por medio [sólo puede estar presente el médico del torneo y el de la selección] y los sitios no eran seguros".
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