La industria alicantina fusiona el juguete tradicional con los ordenadores
La habilidades de una muñeca o un peluche alcanzan su máxima expresión cuando se conectan a pantallas de ordenador, móviles o páginas de Internet - Los principios de la red social empiezan a aplicarse en el juguete
Las nuevas tecnologías se abren paso entre los juguetes. Al principio la industria, cuyas fábricas se concentran en las comarcas del interior de Alicante, temía que sustituyera al juguete tradicional. Al igual que ocurría con los complementos deportivos o las consolas, el sector pensaba que los ordenadores serían un serio competidor. Pero con el tiempo, y en especial durante los últimos cinco años, se han ido "fusionando hasta trazar una línea difusa entre los juguetes de siempre y los que usan ordenadores", explica Santiago Gisbert, presidente de la Asociación de la Investigación del Juguete (AIJU), con sede en Ibi (Alicante). Ese temor se ha ido disipando y ahora conviven y se complementan.
Por el momento, se trata de un fenómeno minoritario, pero incipiente, que va sumando adeptos, ya que cada vez más la formación y la diversión de los niños están ligadas a la pantalla del ordenador.
La gama de juguetes que incorporan tecnología es muy amplia. Abarca desde teléfonos móviles para niños hasta una gran variedad de ordenadores inteligentes para aprender jugando. Por ejemplo, en una tienda especializada en juguetes del centro de Alicante exhiben el ordenador bilingüe (español-inglés) de los Luni y otro de Spiderman, recomendado para más de cuatro años, además de un Ximo Esplai, otro ordenador con juegos y programas en valenciano y castellano.
Pero la novedad que arrasó las pasadas Navidades fueron los Píxel Chix, una especie de tamagochi, con cinco canales de televisión en los que se da de comer, se viste o saca de fiesta a los muñecos. También hay una versión mascota. Junto a una amplia gama de cámaras digitales se exhibe el Cube World, un pequeño aparato digital en el que hay dos personajes encerrados dentro de dos cubos y van haciendo ejercicios de todo tipo, con lucha incluida, para ir sumando puntos.
Otro juego es UB Funkeys, un miniordenador ideal para usar en el coche o en una reunión familiar. Su última novedad, Funkix, es una pelota blanda de trapo y goma con un marcador que mide el número de chuts y su intensidad.
El despliegue de los tecnojuguetes, sin embargo, parece no contar con el beneplácito del que paga: los padres. En la misma tienda, los dependientes admiten que es un sector reducido ya que los padres lo observan con cierto recelo. "Prefieren que sus hijos desarrollen sus facultades como se ha hecho toda la vida".
La pedagoga y especialista en diseño y tendencias de AIJU Miriam Morante admite que el sector "aprovecha e incorpora las nuevas tecnologías" cada vez más. Como ejemplo cita los juegos de mesa interactivos, los peluches que tienen un código para sus diferentes funciones, muñecas interactivas como las Jaggets Nadadoras o Charlie Caritas Expressions de Famosa, o las que comercializa la empresa Zapf Creation y Corole, y las mascotas interactivas como Chicha Love (Simba) y Baxter (IMC Toys).
Hay que innovar más
"Estamos registrando un auge increíble de muñecas y mascotas interactivas que comen, se expresan y hacen lo que les dices", apunta esta experta. No obstante, recuerda que hace unos años se innovaba mucho más y ahora se repiten los proyectos. Por eso la AIJU apuesta por incentivar que las empresas lancen productos apoyados por las nuevas tecnologías de casa (Internet o televisor) y productos que ya estaban en el mercado, como los libros con DVD o los juegos de mesa.
Morante explica que con Internet "se da más valor de juego al producto y de paso los niños visitan constantemente la web, lo que les permite afianzar imagen de marca y mostrar las últimas novedades".
Santiago Gisbert, director de la AIJU, cita tres ámbitos posibles del uso de estas nuevas tecnologías: Wi-Fi, la realidad virtual y la interacción, además de las posibilidades que presentan los juegos de comunidad, en los que "varias personas participan a través de la red". Ahora se investiga un juego para cuidar de la salud de las personas mayores que les recuerda la medicación o la atención médica que requieren cada uno.
Un ejemplo más para compatibilizar el chip con el juguete de hace dos siglos.
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