La reordenación urbana de A Coruña llenará la ciudad de zonas verdes

La reordenación urbanística de A Coruña se dibuja de color verde. Abrazar la ciudad, tanto en su cara interna como en sus franjas costeras, con amplios parques y zonas ajardinadas así como crear corredores verdes y peatonales en calles céntricas muy edificadas dominan la propuesta del urbanista catalán Joan Busquets para reformar el plan general de ordenación urbanística vigente desde hace una década. Además de la acuciante necesidad de remplazar coches por árboles, urge también reordenar el tráfico y el transporte público en una ciudad, eje de un área metropolitana con unos 400.000 habitantes al borde del colapso circulatorio.

Frente a la actual asfixia de atascos y ausencia de alternativas al coche para moverse cuando casi el 60% de los usuarios de A Coruña viven en municipios colindantes, el arquitecto contratado por el Ayuntamiento plantea reorganizar los accesos viarios, hoy establecidos de forma radial, a través de una malla de infraestructuras, con aspecto de tela de araña, que distribuiría el tráfico rodado. Y apuesta ante todo por recuperar la hoy moribunda red ferroviaria, creando un servicio de tren de cercanía conectado y compaginado con el tranvía. Un modelo de tren-tram que se ensaya con éxito en otras ciudades europeas y que se completaría con rutas para bicicletas, otra alternativa de movilidad blanda que se pretende fomentar en una capital provincial de singular configuración peninsular cuyo tamaño (apenas 36,8 kilómetros cuadrados) y fuerte nivel de desarrollo urbanístico (a menudo excesivo y descoordinado) "demandan una urgente mejora y definición de sus espacios naturales", destaca Busquets en el avance del nuevo Plan General de Ordenación Urbana. Con voluntad de estar finalizado y aprobado a lo largo de 2009, la propuesta hace hincapié en no sólo recuperar "la fachada del agua", a través de los muelles del céntrico puerto que serán liberados cuando en 2011 entre en servicio la nueva dársena exterior de Punta Langosteira. Hay que integrar espacios naturales y urbanos de manera que lo verde "adquiera un rol fuerte", dice el autor de la reforma marítima de la Barcelona olímpica. Propone para ello crear en la cara interior, periférica y aún poco desarrollada de A Coruña, un gran "parque alto" en que se establecería la prohibición de construir -excepto casas bajas- en suelo que esté por encima de 125 metros sobre el nivel del mar. Colindante con Arteixo y Culleredo, ese gran espacio natural agruparía montes y suelos de A Zapateira, Palavea y los terrenos ahora ocupados por la Fábrica de Armas, además de conectarse con los altos de Penasquedo donde se alberga el protegido Castro de Elviña.

Un abrazo verde

El cinturón verde con el que el urbanista plantea abrazar la capital provincial, la segunda en España más pequeña en superficie, tendría continuación por ambas bahías. Se idea, por una parte, un parque que bordee todo el litoral exterior, desde la Torre de Hércules, pasando por la ensenada de Riazor y Orzán, hasta la agreste Punta Langosteira, en Arteixo, donde estará el nuevo puerto exterior. Y en la otra cara, habría un extensísimo corredor a lo largo del margen izquierdo de la ría, desde la Ciudad Vieja hasta el embalse de Cecebre, en Cambre.

Una ambiciosa propuesta verde que incluye, en aras de intervenir en medio del cemento y la fuerte edificación que domina el centro neurálgico de A Coruña, la creación de seis o siete corredores peatonales y arbolados. Busquets, cuya propuesta enfatiza en la necesidad de dotar de "mayores cuotas de confort urbano" a la ciudad, enviará en breve al Ayuntamiento un listado de calles céntricas en las que propone ensayar esa fórmula de convertirlas en arterias libres de coches y llenas de hileras de árboles que permitan conectar entre sí los barrios y unirlos a ese gran cinturón de espacios naturales que rodeará A Coruña.