El precio de la luz aprieta a Sebastián
Industria aprovechará la subida de la electricidad para arreglar el déficit tarifario
Miguel Sebastián ya tiene su primer plato fuerte sobre la mesa: el precio de la luz. El ministro de Industria deberá proponer al Gobierno antes del 1 de julio una subida de la tarifa de la electricidad y los porcentajes que baraja no son precisamente muy populares. Pero el aguerrido ministro sabe que se le presenta la mejor ocasión para solucionar la rémora histórica del déficit tarifario que arrastra el sector eléctrico. Y, de paso, para poner en marcha una política energética activa que vaya mucho más allá de la revisión de tarifas cada año.
Es su oportunidad. De momento, el patio se ha alborotado con la propuesta de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) de aumentar el precio una media del 11,3%, con la que Sebastián se fue a Lima para asistir a la Cumbre UE-América Latina. Aunque la proposición de la CNE no es vinculante, es una referencia de lo que se cuece en el sector. Además, se refiere sólo al coste de la producción. En diciembre tendrán que revisarse otros referidos a transporte y distribución, lo que conllevará otra subida de importancia. Y no es sólo eso. En Industria tienen prospecciones que indican que sería necesaria una subida del 34% para limar el déficit tarifario de las eléctricas, si no se quitan los costes del CO2.
El ministro habrá tenido tiempo de sobra durante el viaje a Lima para consultar con el presidente del Gobierno la solución más adecuada dadas las actuales circunstancias del país. Y no lo tienen nada fácil. Sebastián y Zapatero saben que cualquier subida de tarifas es impopular y más en unos tiempos en los que todo está disparado (las hipotecas, los alimentos, los combustibles...). Pero, al mismo tiempo, son conscientes de que hay que atajar este problema de una vez por todas y que las medidas impopulares se deben tomar al principio de la legislatura. Por eso, van a medir mucho sus movimientos. Seguramente, lo más sensato sea hacerlo de forma gradual, como ha sugerido el vicepresidente Pedro Solbes, al que evidentemente el asunto también le atosiga, entre otras cosas porque incide en la inflación.
Para atajar el déficit tarifario hay tres vías posibles, que pueden a su vez combinarse. Por un lado, aplicar una subida de tarifa que refleje el coste real. La segunda opción es costearlo, en parte, a través de los Presupuestos del Estado; posibilidad descartada por Economía de cuajo. La tercera vía es reducir algunos costes de la tarifa, lo que supondría que las compañías recibirían menos ingresos. Políticamente, no se puede vender una medida de este corte si no va acompañada de otras que compensen el esfuerzo. En ese sentido, se trataría, por ejemplo, de fijar un impuesto a las empresas que luego se aplicaría a la tarifa y ésta sería menor.
Es un asunto muy peliagudo el del precio de la luz. La polémica viene de lejos. Las empresas no han dejado de acumular déficit al no poder trasladar a tarifas todo el coste de la producción y transporte de energía. En estos momentos, las empresas tienen reconocidos unos costes reales de 14.000 millones de euros, cantidad que tiene dos orígenes claros. Por un lado, de la decisión del Gobierno del PP de no elevar la tarifa más del 2%, y, por otro, el aumento que experimentó el barril de petróleo en 2005. Las empresas reclaman que al menos se les debe subir el 20%, por lo que el presidente de la patronal, Pedro Rivero, que lleva en esto del kilovatio prácticamente desde que se hizo catedrático de Contabilidad y sabe que también las compañías deben pagar, no tardó en decir que la propuesta de la CNE "está en el camino".
Tradicionalmente las tarifas ocupan la actividad ministerial y no han permitido hacer una política energética activa. Sebastián tiene el reto de mirar más allá y poner en marcha un plan que permita hacer una política que garantice el suministro, la competitividad y la sostenibilidad. Así lo prometía el programa electoral del PSOE y reclama el sector desde hace tiempo. Sobre esos tres pilares, se debe determinar el mix de las distintas energías, potenciar las relaciones con otros países del entorno (entre ellos, con los del Magreb), avanzar en las interconexiones, participar en foros internacionales... -
Gran pacto de Estado en Energía
Miguel Sebastián tuvo la oportunidad de elevar de rango la Energía y convertir la actual Secretaría General en Secretaría de Estado, algo que se daba por hecho, junto a la continuidad de Ignasi Nieto, un hombre que se había ganado el respeto del sector. Pero Sebastián prefirió contar con un hombre de su máxima confianza, Pedro Marín, que conoce muy bien el sector y estuvo con él en la Oficina Económica. Chocó que lo hiciera con Turismo y no con Energía, un sector con tanta importancia para la economía. En la pasada legislatura se puso en marcha un estudio sobre prospectivas energéticas con horizonte en 2030 con la participación de un comité de expertos y que, de seguir, podría dar lugar a un gran pacto de Estado. -
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