A Coruña renuncia al poblado de transición en Penamoa
Los chabolistas tendrán un centro social y de formación
La peliaguda eliminación del mayor asentamiento chabolista de Galicia, el infrahumano poblado de Penamoa en A Coruña, será finalmente mucho más gradual de lo previsto.
El derribo progresivo de los barracones en el que viven medio millar de personas se hará simultáneamente a la construcción de la Tercera Ronda, la vía de conexión de la comarca coruñesa que atravesará el poblado, también considerado uno de los mayores focos de tráfico de drogas del noroeste de la península.
En vez de un "poblado de transición con módulos habitables", anunciado por el Ayuntamiento el pasado 28 de marzo, una fórmula novedosa para preparar el realojo de chabolistas que hizo suya Vicepresidencia de la Xunta como modelo para evitar el rechazo social que suscita la integración de gitanos en diversas partes de Galicia, lo que se construirá a partir del martes en A Coruña será una especie de centro social y de formación para que los residentes en Penamoa, "previo a su futuro realojo, obtengan o refuercen las habilidades necesarias para el desarrollo de la vida cotidiana en un medio normalizado". Es decir, que los chabolistas, bajo la tutela de los servicios sociales municipales, aprendan a convivir "correctamente como miembros de una comunidad vecinal", según explicó ayer el Ayuntamiento, y se formen para adquirir un empleo.
Será también un espacio en el que puedan desarrollar actividades de ocio y tiempo libre. Pero los habitantes de Penamoa no residirán en esos dos edificios "convivenciales" diseñados por el arquitecto sevillano Santiago Cirugeda, sino que permanecerán en sus chabolas, o trasladados a otras si son derribadas, mientras avance la construcción de la Tercera Ronda. Los "módulos convivenciales", unas vanguardistas estructuras prefabricadas que ocuparán unos 240 metros cuadrados dentro del propio asentamiento, cerca de los depósitos de agua de A Coruña, estarán listos un el plazo, más o menos, de mes y medio, según explicó ayer Cirugeda ante la Comisión Permanente de Integración que agrupa a representantes de Vicepresidencia de la Xunta, Ayuntamiento, comunidad gitana y asociaciones vecinales de la ciudad.
El arquitecto expuso su proyecto, que costará 200.000 euros y está diseñado específicamente para dar la oportunidad a los chabolistas de preparar su integración social e incluso laboral. Los dos edificios, con un total de 16 módulos, incluyen espacios, terrazas y accesos comunes para desarrollar actividades colectivas. Dotados de zonas de lavandería y cocina, incorporan además almacenes cuyo uso se irá determinando también en función de los deseos de los chabolistas. "En medio del abandono y la precariedad en la que viven, con una falta total de equipamientos, se trata de que ahora el barrio disfrute de un espacio comunitario y de que ellos preparen su introducción en una sociedad que los excluye", indicó Cirugeda.
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