"A los pescadores no nos favorece estar divididos"

Las ayudas por la veda de la anchoa y el alto precio del gasoil son los principales y más inmediatos problemas a los que se enfrenta Eugenio Elduayen como nuevo presidente de los arrantzales de Guipúzcoa.

Pregunta. ¿Confía en que finalmente recibirán ayudas por la veda de la anchoa?

Respuesta. Pensamos que sí, porque otros años ha habido ayudas y no vemos motivo para que este año no las haya, más cuando ha sido la Administración la que ha cerrado la pesquería. Nos da igual que las pague el Gobierno central o las comunidades. Que se pongan de acuerdo. En cualquier caso, lo primero que queremos es que el Ministerio [de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino] nos reciba para darnos información.

"Tenemos que traer pescado para que otros no ocupen nuestro sitio"

"El alto precio del gasoil nos puede abocar a una muerte dulce"

P. Guipúzcoa fue expulsada de la Interfederativa de Cofradías del Cantábrico. Aún así, ¿espera ir a Madrid con una voz única en este asunto?

R. Como el objetivo final es el mismo, las ayudas, creo que en este caso habrá una sola voz. En este tema puntual estamos en contacto. Otra cosa será si no las hay y tomamos medidas. Entonces, ya hablaríamos.

P. ¿Intentará devolver a Guipúzcoa a la Interfederativa?

R. El tema está bastante enquistado. La gente está dolida por ambas partes. Estar divididos no nos favorece, pero el asunto está como está y no desaparecerá de la noche a la mañana.

P. La ruptura se desencadenó por las cuotas de verdel. ¿Existen otras discrepancias?

R. Se ha querido vender el asunto de las cuotas, pero el fondo de la cuestión está en que existe un choque entre dos modalidades de pesca: la de cerco cebo vivo, mayoritaria en Guipúzcoa, y la de anzuelo, mayoritaria en otras provincias.

P. ¿A la espera de conocer los últimos informes científicos, es partidario de reabrir la pesca de la anchoa, como pidió el sector el pasado diciembre?

R. Por primera vez, nos pusimos de acuerdo con los franceses para proponer una pesca muy limitada y controlada, porque creíamos que era un mal menor, pero las administraciones no lo vieron así. Ahora estamos a expensas de lo que digan los científicos.

P. La ministra Elena Espinosa tildó ese acuerdo de incoherente.

R. Insisto en que lo veíamos como un mal menor ante una situación económica insostenible, porque las ayudas son un parche. Es bueno, además, mantener la inercia de pescar. Tenemos que traer pescado para evitar que otros países puedan ocupar nuestro sitio en tierra.

P. ¿Cómo se presenta la campaña del bonito?

R. Esperamos que sea el salvavidas de este año, como lo ha sido en los dos últimos, pero no tenemos datos sobre si hay una gran biomasa o no.

P. Otro gran problema para el sector es el elevado precio del gasoil.

R. Es el más grave y lo es para toda la flota comunitaria. La única solución pasa por que la Comisión Europea establezca ayudas. De lo contrario, estamos abocados a una muerte dulce.

P. ¿Algún reto más?

R. Los problemas enumerados son tan inmediatos que no te dejan mirar más allá, pero nos gustaría poder dirigir nuestra atención al tema de la comercialización y la transformación del pescado.

P. ¿Cómo?

R. Hemos reformado los barcos de una manera bestial y hemos apostado por la calidad para traer el mejor pescado, pero en tierra, ese plus no lo recibimos nosotros. Se lo queda alguien por ahí. Ahí sí tenemos otro reto.

P. Parece complicado librarse de los intermediarios.

R. Es muy complicado, pero no por ello tenemos que dejar de trabajar.