Resistencias y adhesiones al proceso de Bolonia
División en las asociaciones de alumnos ante el espacio europeo
Después de años de desmovilización, desde aquellas multitudinarias manifestaciones contra la LOU del gobierno de Aznar y contra la guerra de Irak, algo empieza a moverse. En universidades de diversos puntos de España, y en estas dos últimas semanas en la Universitat de València, ha habido actos de protesta de estudiantes universitarios por el ineludible proceso de la convergencia educativa europea. Aunque, vaya por delante que estos incipientes movimientos, especialmente en Valencia, concitan hasta ahora a escasas decenas de estudiantes y poco tienen que ver con aquellas históricas marchas.
Esta imagen corresponde a la concentración que la Asamblea Contra Bolonia, constituida hace un par de semanas por estudiantes de la Universitat, convocó en el campus dels Tarongers el pasado martes. Los cerca de 50 estudiantes concentrados quisieron escenificar el entierro de la universidad pública por la aplicación del Espacio Europeo de Educación Superior. Muchos estudiantes, que pasaban por ahí con cara de estupefacción, pasaban de largo.
"El proceso es oscuro e impuesto", dice la plataforma contra Bolonia
Para Campus Jove, se trata de una "oportunidad de oro"
Nuria Montalbán, miembro de esta asamblea y coordinadora de la asociación estudiantil A Contracorrent en este campus, explica que, el proceso de Bolonia "es oscuro e impuesto". "No ha habido debate", añade la joven sobre el proceso que revolucionará la enseñanza universitaria. También denuncia la ausencia de información, incluso por parte de algunos profesores, "que no saben nada", la injerencia del mundo empresarial y la privatización que supondrá el nuevo sistema.
En este análisis coincide Lluís Hurtado, del BEA (Bloc de Estudiants Agermanats): "No estoy en contra del espacio europeo de educación, pero si de éste, porque a costa de la eliminación de la clase magistral y otras medidas positivas, las carreras se configurarán según las necesidades de las empresas, que estarán cada vez más presentes en la universidad puesto que intervendrán a través de sus becas préstamos en grados y, sobre todo, másteres".
Xavier Pallarès, portavoz, en el País Valenciano, del Sindicat d'Estudiants dels Països Catalans, apoya estas movilizaciones aunque desconocía la constitución de la plataforma contra Bolonia. Desde su organización han promovido numerosas iniciativas en este sentido, y a ellos corresponde la convocatoria de la mayor parte de las manifestaciones estudiantiles que en los últimos años han recorrido las calles para oponerse al proceso. El sindicato acude anualmente al Foro Europeo de Estudiantes Universitarios, el último celebrado en Grecia, para conocer la aplicación del nuevo sistema en los diferentes Estados.
De la Asamblea contra Bolonia forman parte estudiantes a título individual aunque muchos de estos pertenecen a asociaciones con voz en el Claustro, el máximo órgano de representación de la comunidad universitaria. Campus Jove, la asociación mayoritaria en tres grandes universidades públicas -con más de un tercio de claustrales en la Universitat-, considera "necesaria" la reforma, en palabras de Carlos de la Cruz, coordinador de la asociación en ésta. Y aunque no desaprueban la forma en que sus compañeros "llaman la atención" para informar sobre un proceso muy desconocido entre los estudiantes, optan por otros métodos, como las charlas y una guía en la que han participado. "La reforma nos parece muy adecuada siempre que todo el mundo pueda estudiar independientemente de su nivel económico y que todas las carreras permanezcan", subraya.
Para Cristian Sirvent, presidente del Consejo de Alumnos de la Universidad de Alicante y también miembro de Campus Jove, Bolonia más que una sombra supone "una oportunidad de oro" y aboga porque los estudiantes colaboren en su ejecución: "Nos interesa que se constituya el Consejo Nacional de Estudiantes para trasladar nuestras ideas al Ministerio y que la Generalitat apoye económicamente esta reforma en lugar de centrarse en la VIU [siglas en inglés de Universidad Internacional de Valencia]", concluye.
Delegados de estudiantes de 25 universidades españolas están reunidos hasta hoy en Alicante para debatir el proceso. "Se pretende estudiar el papel de los alumnos en el cambio, los objetivos a conseguir y las técnicas de negociación a la hora de enfrentarse con sectores inmovilistas de la propia universidad", señalaron en un comunicado.
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