Brufau no renuncia a la fusión de Gas Natural e Iberdrola

El presidente de Repsol YPF, Antonio Brufau, intenta que no se apague la llama de una posible gran operación de convergencia entre el sector del gas y la electricidad, con la unión de su participada Gas Natural (30%) e Iberdrola. Lo dijo ayer en una conferencia de prensa, tras cerrar la convención mundial de directivos de la compañía. Aunque desde el otro lado de la trinchera -Iberdrola- la posible fusión se da por muerta y enterrada, Brufau afirmó que mantiene abiertas "todas las opciones" respecto a una posible operación corporativa.

Gas Natural, dijo Brufau -impulsor en el pasado de dos iniciativas de fusión similares-, "hará lo mejor para sus accionistas". "Si estima que lo mejor es una fusión, lo apoyaremos, y si estima que lo mejor es optar por el crecimiento orgánico, también". Porque, según explicó, "es bueno que haya compañías energéticas españolas con centros de decisión en España". Brufau presentó ayer unos "buenos" resultados trimestrales de la compañía petrolera -36,5% de subida del beneficio, hasta los 1.212 millones de euros- y descartó cualquier posibilidad de reducir su participación en Gas Natural, que valoró en 6.000 millones de euros.

Arropado en la convención por dos pesos pesados del pasado político reciente, el ex director del FMI Rodrigo Rato y el ex presidente del Gobierno Felipe González, Brufau sacó pecho por lo hecho en el presente y por lo que pretende hacer en el futuro. Repsol YPF, explicó, tiene una "posición financiera fuerte" para afrontar el momento de crisis económica, y prevé que en cinco años su deuda financiera se reduzca "a cero" y se duplique el valor del capital empleado, hasta los 50.000 millones.

La compañía celebra hoy una junta general que se prevé agitada, ya que la organización Intermón Oxfam ha anunciado que intervendrá para protestar por la indiferencia de la compañía a los intereses de los pueblos indígenas. Pero, protestas al margen, Brufau intentará llegar a lo más íntimo de los accionistas, la cartera, con la propuesta de un reparto de dividendo complementario de 0,5 euros. El dividendo total llegará así a un euro por acción y crecerá un 40% respecto al distribuido en 2006.

Será un punto de optimismo en un contexto energético complicado. Tanto Felipe González como Rodrigo Rato lo habían dejado claro en sus intervenciones ante los directivos de la petrolera: el presente es complicado, con más proteccionismo, nacionalismo y crisis de oferta y demanda. González llegó a pronosticar una crisis energética en cuatro años, si Europa no aborda una auténtica revolución energética.

Ambos, Rato y González, demostraron que en la cúspide del poder se recibe mucha información. Y que ese hecho transforma a los optimistas en optimistas informados. Es decir, en pesimistas.