Galeano presenta 'Espejos' en Galicia
"En la escuela me dijeron que Núñez de Balboa fue el primer hombre que, desde un monte en Panamá en el siglo XVI, había visto los dos océanos. Yo, que ya de pequeño tenía mala leche, pregunté a la profesora: 'y los que allí vivían, entonces, ¿eran ciegos?" Con esta anécdota resume el uruguayo Eduardo Galeano la posición de sus escritos. Espejos. Una historia casi universal se titula el libro que presentó anoche, junto a Manuel Rivas, en Santiago de Compostela y que mañana llevará a Ourense, invitada por el Club Internacional de Prensa.
"Espejos es una invitación al viaje por el mundo y por el tiempo", relató el autor de la trilogía Memoria del fuego. Se trata de 600 pequeñas historias "desde el punto de los que no salieron en la foto, el de los excluidos, los invisibles, los vencidos". Para Galeano, el punto de vista importa: "Siempre digo que hay que ser lombriz para que un plato de spaguetti se convierta en una orgía". Los procedimientos estéticos de Espejos resultan los habituales en la obra del uruguayo: fragmentos de relato, datos ocultos, intepretaciones poscoloniales, paradojas, lirismo altamente politizado y orgullosamente indígena.
Eduardo Galeano se revuelve contra la palabra "minoría". "Los indios forman más de la mitad de la población en Guatemala, Bolivia o Paraguay. ¿Eso es una minoría?", asegura, antes de hacer descripción de la conquista del continente americano por los europeos, "la conquista nació del desprecio, o usó el desprecio para consumarse", y continuar con el expolio contemporáneo de Latinoamérica.
"Bush, el señor que dirige la aniquilación de Irak y que cree que la escritura nació en Texas", afirmó, "miente seguido; es un milagro físico que tenga la nariz corta. Sin embargo, una vez se le escapó una verdad: la soberanía alimentaria es un tema de seguridad nacional". Galeano denunció que Estados Unidos subvenciona su agricultura y prohíben hacerlo a los demás países. "En Haití, el FMI impidió la subvención de los arroceros y los agricultores se volvieron balseros y comida para los tiburones".
Para quien reconstruyera la genalogía de la explotación en el volumen Las venas abiertas de América Latina queda, sin embargo, la necesidad "de luchar contra los dolores evitables; la historia debe ser imaginada, no sólo obedecida". Eduardo Galeano firma ejemplares esta mañana en la librería compostelana Follas Novas.
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