El violador de la niña de Ourense reconoce los hechos
La confesión reduce la pena, que será de 17 años y medio
Andrés Julián López, acusado de violar en 2005 en Ourense a una niña de 10 años a la que dejó embarazada, masculló ayer un casi inaudible "perdón" cuando el magistrado que presidía el juicio, que quedó visto para sentencia, le preguntó si quería añadir algo. López, colombiano de 34 años, acudió a la vista ocultando su rostro entre una visera calada hasta la nariz y un cuello polar que le cubría la boca casi por completo. El acusado respondió con continuos "sí" a todas las imputaciones, acatando el acuerdo alcanzado entre su abogada y la acusación particular y la Fiscalía que, a cambio de que la menor no tuviera que pasar el trago de la comparecencia judicial, pactaron una rebaja de la pena que solicitaban.
Acusación particular y Fiscalía rebajaron su petición inicial de 25 años de cárcel a una pena de 17 años y seis meses, y en lugar de la indemnización de 400.000 euros, solicitaron una de 200.000. "Yo prefería la cadena perpetua", comentaba la madre de la menor, Laura R. M., que en junio acudirá a otro juicio porque ha demandado también a la mujer del acusado, Lucelly, por acoso contra su hija. "Ella fue cómplice porque sabía todo y lo calló", relata.
Andrés Julián López asintió cabizbajo cuando la fiscal le preguntó si ejercía como tutor de la pequeña cuando presuntamente la violó en su domicilio de Ourense. La niña vivía en casa de su supuesto agresor de martes a domingo. Laura, de nacionalidad colombiana, había contratado a una familia de compatriotas, con dos hijas de edades similares a la de su hija, a quienes pagaba una mensualidad para que la atendieran los días en los que ella trabajaba en Santiago.
El violador reconoció que una noche, mientras todos dormían, se metió en su cama, la desnudó e intentó tener contacto sexual con ella. No pudo, porque la pequeña lo arañó y empezó a gritar. Andrés Julián reconoció también que días después, se acercó de nuevo a la cama de la pequeña. Le tapó la boca y consiguió mantener una relación completa con la menor, de diez años, a la que dejó embarazada. Luego, la amenazó con hacerle daño a ella y a su madre si contaba algo.
Laura R. M. relató que cuando se enteró del embarazo, la niña estaba de cinco meses y tuvo que llevarlo a término "porque un aborto ponía en peligro su salud". La menor tiene ahora problemas psicológicos para relacionarse con los niños de su edad.
Fiscalía y acusación particular demandaron al tribunal que el acusado no figure en el Registro como padre del bebé nacido de esa relación y que se le niegue la patria potestad.
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