Zarpa de Tarragona el primer barco cargado de agua hacia Barcelona
El buque transporta recursos provenientes del Ebro y los pozos tarraconenses
Esta mañana llega a Barcelona el primer barco cargado con 20.000 metros cúbicos de agua procedente del Ebro y de media docena de pozos de Tarragona, el mismo caudal que abastece a la ciudad. Este primer transporte abre un trasiego constante que llevarán a cabo dos barcos de bandera panameña, el Sichem Defender y el Contester Defender, contratados por Aguas de Barcelona, que se cruzarán casi a diario. Pasado mañana, se unirán a este trasiego los cuatro buques que aportarán agua procedente de Marsella. Ayer se realizaron en el puerto tarraconense los últimos trabajos de limpieza del Sichem Defender. Alrededor de las ocho de la tarde se empezó a rellenar el tanque con agua, operación que duró unas ocho horas. A las cuatro de la madrugada zarpó y llegará hoy a Barcelona sobre las ocho de la mañana.
Pasado mañana llegarán a Barcelona los buques con agua de Marsella
Después de 15 días, los barcos sólo cargarán agua procedente del Ebro
La Agencia Catalana del Agua ha pedido al Puerto de Tarragona que preserve siempre un atraque libre para que los barcos puedan recargarse de agua sin esperas. Esta operación se lleva a cabo mediante una tubería que conecta el buque a la red de suministro de la Empresa Municipal de Aguas de Tarragona (Ematsa). El puerto de Tarragona, que ya disponía de un atraque para hacer este servicio, ha estado preparando durante los últimos 20 días otro en un muelle aledaño, habitualmente destinado a la carga de contenedores. Ayer se utilizó el muelle de la Química, que tiene dos puntos de atraque: uno para líquidos y otro exclusivo para agua, el mismo que se usó hace una década para transportar agua a Mallorca.
La Unió de Pagesos asiste con preocupación a esta cesión de agua a la metrópolis. Teme una sobreexplotación que pueda salinizar los pozos menos profundos, según expresó el responsable del sindicato en Tarragona, Josep Maria Coll. Coll pidió el viernes el aplazamiento del transporte por barco, aprovechando el respiro que ofrecen las últimas lluvias. Según explicó ayer, la respuesta fue negativa porque "ya se han pagado los barcos". Un argumento de 22 millones de euros al mes -lo que cuesta fletar la flota, además de otros 24 millones destinados a adaptar los muelles- que Coll considera de poco fundamento.
No obstante, Ematsa, empresa propiedad de Agbar, garantizó que el riesgo de salinización de los pozos es nulo porque se harán controles diarios. Además, la conexión a la red de aguas de Ematsa sólo durará 15 días. Pasado este plazo, será el Consorcio de Aguas, que vende el agua del Ebro a los municipios de la provincia, el que suministrará el caudal a Barcelona. Se seguirá transportando con los dos barcos, pero su carga provendrá exclusivamente del Ebro.
La Confederación de Comercio de Cataluña pidió también la paralización del transporte aprovechando las últimas lluvias, pero por motivos diferentes de los de la Unió de Pagesos. El secretario de la Confederación, Miguel Ángel Fraile, considera que es un "desprestigio" para la ciudad abastecerse mediante un sistema que causa "alarmismo".
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