Tragedia birmana
Desgraciadamente, la tragedia se ceba sobre un país como Birmania, donde sus gentes, además de soportar una dictadura cruel capaz de masacrar a los monjes budistas de la Revolución de la Libertad y del Azafrán, ahora el ciclón Nargis les ha provocado el mayor drama que se recuerda entre su pueblo.
Los muertos y los desaparecidos se cuentan ya por decenas de miles. Y en decenas de millones estamos llamados el resto del mundo a intentar ayudarles con todos los medios económicos y de auxilio disponibles, a la vez de pensar en cómo lograr la salida de esos dictadores que los someten y que no avisan ni prevén cómo socorrer a sus habitantes en una catástrofe natural como ésta.
Debemos ayudar al pueblo birmano antes de que nuestra frágil e hipócrita conciencia vuelva a olvidarse de otros de los innumerables desfavorecidos del mundo.
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