Boris, el estafador insaciable de la multipropiedad
Un fiscal alemán investiga un timo de 700.000 euros en Canarias
Un fiscal de Stuttgart (Alemania) investiga una estafa inmobiliaria perpetrada en España contra al menos 40 alemanes en una urbanización de vacaciones de Canarias. El estafador empleó al menos 15 identidades distintas para engañar a sus víctimas, a quienes convenció por teléfono para que le abonaran casi 700.000 euros, según fuentes de la investigación. Las víctimas poseían derechos de timeshare (utilización de inmuebles de uso compartido) sobre apartamentos de la urbanización Club Monte Anfi, de Canarias.
Los alemanes fueron estafados desde octubre de 2006. La causa la tramita un fiscal alemán a instancias del juzgado de Primera Instancia de Stuttgart. El principal sospechoso es Iván Boris, de 37 años, un ciudadano croata con residencia en Canarias y Madrid y en paradero desconocido. El fiscal alemán ha pedido a España que confisque y bloquee las cuentas bancarias de Boris en una oficina de CajaMar, en Madrid, y en las que ingresó supuestamente el dinero sustraído a las víctimas.
La estafa, que tan buenos dividendos dio a Boris en apenas dos años, tiene tintes muy similares a la llamada lotería del gordo de España, un timo con base en Madrid y que está afectando a miles de ciudadanos de diversos países. Se trata de ofrecer un dinero inesperado a alguien y pedirle fondos con los que sufragar los trámites para hacérselo llegar. En el caso de los 40 ciudadanos alemanes estafados, el cebo fue la compra de los derechos que éstos tenían sobre apartamentos de uso compartido en el citado club.
Papeles notariales falsos
Según la investigación, Boris les ofreció comprar sus derechos sobre los apartamentos. Prometía una suma muy superior a la del mercado, por lo que todos estuvieron de acuerdo. Para dar credibilidad a la operación utilizaba papeles notariales falsos. Él se encargaba de realizar todos los trámites y las víctimas pagaban los gastos ingresando el dinero en la cuenta de CajaMar.
Cuando las víctimas creían subsanado lo que él llamaba un conflicto jurídico, se inventaba otras trabas cuya resolución también costaba dinero. Al igual que en el timo de la lotería, llegaba un momento en que la cantidad adelantada por las víctimas para solucionar las falsas trabas engordaba y éstas, en un intento de recuperar ese dinero, seguían enviándoles más y más dinero. Boris se mostraba insaciable. A algunas víctimas les sacó hasta 70.000 euros. El fiscal alemán está convencido de que Boris ha repetido la misma estafa en otras urbanizaciones.
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