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Entrevista:MAR MORENO | Consejera de Obras Públicas

Un mar de palabras

Hace cien años, ahí había una pantalla de cine. Con toda seguridad, en el siglo de vida del sevillano Cine Imperial, se habrá exhibido más de una vez Eva al desnudo, la magistral película de Joseph L. Mankiewicz. Anne Baxter representaba el papel de una Eva ambiciosa y malvada. Hoy, sobre este escenario, hay otra Eva muy distinta: ambiciosa, sí, pero no malvada. Porque uno de sus estandartes es el de la bondad.

Mar Moreno eligió el lugar de la cita: la librería Beta de la calle Sierpes, ubicada en el antiguo Cine Imperial. Fundado en 1905, cerró sus puertas en 1999. Ya no hay películas. Su lugar lo ocupan 92.000 libros que encierran otras tantas aventuras humanas. Uno de ellos es El sueño de Eva, escrito por la nueva consejera de Obras Públicas Mar Moreno.

"Me gusta vivir en la piel de los demás. Una sola vida se me queda corta"
Matrimonio gay: "La afectividad y el amor necesitan pocos corsés"

-¿Usted se desnuda en su libro?

Sonríe la ex presidenta del Parlamento de Andalucía:

-En mi libro se describe una sociedad idílica. Y sí, hay muchos de mis sueños, de mis ideales, plasmados en sus páginas.

Para no pocos, ha sido una sorpresa descubrir que la persona que se ocupará de algo tan aparentemente alejado de los sueños idílicos, como las Obras Públicas, es escritora. Para quienes la conocen de cerca, no es ninguna novedad. Además de artículos, ensayos y conferencias, Moreno tiene otras cinco novelas. Modesta, comenta que "no merecen mucho la pena". ¡Quién sabe!

Nacida en La Carolina, acaba de cumplir 46 años. Justo, al día siguiente de la presentación de su primera novela en la Feria del Libro de Sevilla. Acudió medio Gobierno andaluz y tuvo un presentador de lujo, el presidente Manuel Chaves. La celebración de su estreno literario empalmó en la madrugada con el cumpleaños.

Pero esta mañana se encuentra fresca y sonriente, enfundada en una blusa y pantalón negros y una chaqueta de anchas listas blancas y azules. En persona, su rostro es más relajado, sus rasgos más suaves. Si fuera una estrella de cine, como la Baxter, alguien escribiría que está radiante.

Sus aficiones artísticas vienen de su época escolar. Primero en La Carolina, donde fundó con otros compañeros la revista Kilómetro 2.68, "un bastión antipalacios". El eterno alcalde del pueblo, el franquista Ramón Palacios. En Granada, mientras estudiaba derecho, hacía teatro. Representaba a Ibsen y Lorca. "La ultima obra en la que intervine fue en Los Amores de Don Perlimplín con Melisa en su Jardín", del poeta granadino. ¿Era buena actriz? Modesta, afirma: "Bueno, estamos hablando de aficionados".

De esas aficiones ha extraído una lección: "Lo que me gusta del teatro, de la literatura y en buena medida de la política es vivir en la piel de los demás. Una vida se me queda corta, no me apaño solo con mis vivencias".

La literatura le ha dado la oportunidad de ponerse en la piel de Eva. Su libro arranca con Eva mordiendo la manzana del árbol de la sabiduría. Esta vez, las consecuencias serán muy distintas. La manzana proporciona a Eva la posibilidad de crear un mundo maravilloso... pero con Adán al margen. Los primeros seis días (seis capítulos del libro) de esta nueva creación nos muestran un verdadero paraíso, un mundo perfecto, gobernado por Evas. En el capítulo séptimo y último, se produce el desenlace, que la autora prefiere que sea descubierto por el lector, aunque adelanta: "La manzana tienta a Eva con un mundo fantástico, pero ésta lo rechaza, porque ni aún siendo perfecto lo sería si no lo es también para los hombres".

Mar Moreno ha querido agitar el debate de la igualdad. Ha utilizado en su relato el género femenino como neutro. "Es una provocación. Y o se ve en clave irónica, el mundo al revés, o no se entiende nada".

No le importa que critiquen esta licencia literaria. Recuerda que muchas reivindicaciones feministas fueron objeto de chanzas. "Se ridiculizó a las mujeres por vestir pantalones; se ridiculizó el derecho al voto de la mujer... Se ridiculiza lo que no se entiende".

De las muchas propuestas del mundo feliz que aparecen en el libro, hay un esbozo del nuevo concepto de familia, una pareja de evas, que además tienen una docena de hijos. ¿Qué opina del matrimonio entre dos mujeres?

-Afortunadamente, aunque siga vivo en la sociedad, ese debate ya no está en las leyes. Lo cual es un gran avance. En la novela, y en buena medida en mi concepto de la vida, creo que el amor y la afectividad necesitan de pocos corsés.

Hace ocho años, en el discurso de apertura del Parlamento, Moreno dijo: "Deseo que la bondad prevalezca en esta Cámara, bondad en las ideas, bondad en las leyes, bondad en el ejercicio del poder". En su libro, Eva es la bondad. Aunque ella misma reconoció hace cuatro años que la podían acusar de "candidez", le recuerdo que la Real Academia da dos acepciones a bondad: "natural inclinación a hacer el bien" y también "blandura y apacibilidad de genio".

Pero está preparada para el contraataque:

-¡La sociedad está para cambiar los diccionarios continuamente!

Ya en la presentación de su libro propuso que figuren como sinónimos en el diccionario de la Real Academia inteligencia y bondad. Una bondad, afirma, "socrática".

-Si estoy en la política es porque me creo toda la corriente humanista que nos viene desde Sócrates a Tomas Moro, pasando por los enciclopedistas. Hay demasiadas corrientes interesadas, el lado oscuro de la fuerza, en que el bien no se realice. Y yo estoy en el partido adecuado para hacerlo posible.

-En su libro se identifica bondad y mujer. ¿Tiene género la maldad?

-Yo no soy la que afirma eso. ¡Es la serpiente!

La sonrisa surge franca y rebota sobre la espuma de este mar de libros, donde ya hay uno más, el de Mar Moreno. Un océano de palabras que desnudan el alma de sus autores y nos hacen un poco más sabios.

"No quiero ser delfín, ni tiburón"

Licenciada en Derecho y con un máster en Gestión de Empresas, Mar Moreno salta a la política tras ejercer como abogada durante nueve años en su pueblo, en el despacho del hoy también consejero Francisco Vallejo. Llevó casos de medicina general y derecho de familia: separaciones, divorcios. Ingresa en el PSOE a los 29 años. Cinco años después se sienta -y allí sigue- en el Comité Federal del partido. Carrera meteórica. Reconoce que gracias al enfrentamiento entre guerristas y renovadores. "Los ganadores tenían muchos huecos y entramos mucha gente nueva".

Ha sido delegada de Trabajo (1994-96) y delegada de la Junta (1996-2000) en Jaén antes de llegar a la política regional. Cuando hace ocho años Chaves presentó en sociedad a Mar Moreno como vicesecretaria general, o sea, número dos del partido, algunos entonaron un anticipado habemus papam. Muchos vieron en aquel nombramiento el dedo que señala al sucesor. Error. Al menos, por ahora. "Mi etapa como vicesecretaria levantó polémicas en torno a mi persona exageradas y extemporáneas. Pero nunca afectó a mi relación con el presidente".

-De la vicesecretaría la enviaron a la presidencia del Parlamento. ¿Una jaula de oro?

-No era un papel menor. Si bien es verdad que mi inquietud está en tocar las cosas, el contacto con la gente. Eso sí, me sentí muy honrada por la tarea encomendada.

Ahora estará cerca de las cosas. Sobre todo, de las obras. Ya se ha encasquetado algún día el casco de las inauguraciones. Las Obras Públicas dan mucho juego. ¿Un trampolín para suceder a Chaves, ahora sí? Moreno tiene una respuesta contundente:

-No quiero ser delfín, ni tiburón. Hay mucho campo en la política y yo quiero hacer, no ser.

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