Pont de Molins prohíbe la apertura de locales de prostitución

"Queremos que el Empordà deje de ser el prostíbulo de Europa". Así de contundente se muestra Josep Fuentes (CiU), alcalde de Pont de Molins, municipio del Alt Empordà que acaba de aprobar una ordenanza para prohibir la apertura o la ampliación de locales de prostitución y regular el ejercicio de esta actividad. El edil ha querido así anticiparse y evitar que la próxima construcción de una zona industrial favorezca la implantación de estos negocios. "Tenemos la experiencia negativa de La Jonquera, donde el polígono industrial se ha llenado de burdeles. Nos da igual que estén en las afueras del núcleo urbano, no vamos a permitir más locales de prostitución", asegura Fuentes. El alcalde también reconoce que ha habido presión vecinal para evitar la proliferación de clubes en el municipio, situado junto a la carretera N-II y próximo a la frontera con Francia. Los vecinos consideran que la presencia de burdeles afecta a la "tranquilidad" del pueblo, sobre todo de noche y los fines de semana.

Actualmente en la localidad sólo hay un establecimiento donde se ejerce la prostitución, el cual no tiene licencia como local de pública concurrencia, sino como sala de fiestas. Se trata de un club privado donde se organizan encuentros e intercambios de parejas, números eróticos y demás servicios sexuales. El alcalde ya se ha puesto en contacto con los dueños y les ha conminado a dejar la actividad. "Acabarán cerrando porque cada vez tienen menos clientela", añade.

La ordenanza de Pont de Molins es similar a la que ya rige desde hace un par de años otros ayuntamientos ampurdaneses, como Llers y Siurana. La comarca se ha convertido en los últimos tiempos en un importante foco de prostitución, con la apertura de numerosos clubes de alterne y la presencia reiterada de prostitutas en la carretera.