Talento

Descubrir nuevos talentos es un raro placer en la escena concertística barcelonesa, tan dominada por los artistas consagrados. Afortunadamente, el ciclo Jóvenes Intérpretes Catalanes ha convertido el apoyo a la cantera musical en una cuestión de principios. Hace dos años presentaron al prometedor violonchelista Pau Codina (Barcelona, 1988), hijo del guitarrista y compositor Jordi Codina, que actualmente prosigue sus estudios en la prestigiosa Guildhall School of Music & Drama de Londres. Tiene verdadero talento y lo ha vuelto a demostrar en su nueva comparecencia en el ciclo, en la sala de cámara del Auditori, formando dúo con otro excepcional músico, el pianista José Enrique Bagaría (Barcelona, 1978), ganador hace dos años del Concurso María Canals y dueño ya de unos recursos técnicos de máximo nivel.

Los dos músicos cautivaron plenamente al público a lo largo de un programa muy jugoso en oportunidades de lucimiento, que fueron desde el elegante virtuosismo de las Variaciones sobre un tema de 'La flauta mágica', de Beethoven, a la vitalidad rítmica de Le grand tango, de Astor Piazzolla, entre otras piezas. Si bien tienen que limar algunas asperezas, es sólo cuestión de tiempo. Lo suyo es una explosión de talento que augura el mejor de los futuros.