Al Qaeda incita a fomentar la piratería en la costa africana
Al Qaeda quiere rentabilizar la preocupación generada en Occidente por los actos de piratería en las costas de Somalia y ha animado a sus seguidores a atacar buques europeos en el Océano Índico.
"La lucha contra objetivos marítimos europeos es el paso fundamental para restablecer el califato islámico", se asegura en la web The islamic Faluja, vinculada con la red islamista, según la Cadena SER. En la citada página de Internet se recuerda el secuestro del atunero español Playa de Bakio y del velero francés Ponant y se insta a los grupos islamistas a extender su actividad en la zona, que ya ha sido escenario de ataques terroristas, como el atentado contra el destructor estadounidense USS Cole (2.000) o el petrolero francés Limburg (2002).
A raíz del 11-S, Estados Unidos extendió al Cuerno de África la operación Libertad Duradera de lucha contra el terrorismo, mediante una flota multinacional (la Task Force 150) que patrulla la zona, pero su presencia no ha evitado el aumento de los actos de piratería por parte de bandas armadas somalíes.
Acuerdo de la UE
Por su parte, el secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, se felicitó ayer de que la UE haya acogido favorablemente y por unanimidad la propuesta española para que se adopten medidas concretas de lucha contra la piratería. López Garrido subrayó que la UE ha abordado por vez primera este problema en su reunión del pasado martes, lo que supone "un salto cualitativo".
El responsable de Asuntos Exteriores indicó que los países europeos acordaron apoyar la aprobación por el Consejo de Seguridad de la ONU de una resolución en contra la piratería y respaldar también su puesta en práctica.
La coordinación, subrayó, no sólo se está produciendo en Bruselas, sino también en Nueva York, donde el embajador español ante la ONU, Juan Antonio Yáñez, informó el martes de la propuesta española a sus colegas de la UE.
El Consejo de Seguridad de la ONU tiene ya sobre la mesa un borrador de resolución, promovido por Estados Unidos y Francia, y en cuyo proceso de elaboración ha intervenido también España, que incluye el derecho de persecución de los piratas, incluso en aguas territoriales somalíes, por parte de una flota internacional dedicada a proteger el tráfico marítimo.
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