Sun crea el Blackbox, un centro de datos móvil y ecológico
La Universidad de Stanford tiene uno para su acelerador de partículas y el Gobierno de Japón, para emplearlo en caso de catástrofes
A primera vista parece un contenedor más de los muchos que se encuentran en los puertos y aeropuertos, sólo que de color negro. El responsable de mercadotecnia de la compañía confesó que pintarlo de negro es sólo una cuestión de marca, pero no se venden así para mantener su bajo consumo. Su interior, en cambio, es muy diferente al de cualquier otro depósito de estas dimensiones y forma.
La gran demanda de servicios de Web 2.0 está colapsando servidores, hasta tal punto que muchas empresas no consiguen encontrar un lugar para sus nuevos servidores, ni capacidad para ampliarse a tiempo. Este hecho ha impulsado la salida al mercado de Blackbox. En el escaso tiempo transcurrido desde que pasó de proyecto a realidad, ya ha sido colocado en algunos hospitales.
El Blackbox de Sun se comercializa desde diciembre en Europa, y en España desde el pasado mes. Se trata de un completo centro de datos, equivalente en rendimiento, capacidad y potencia a los que ocupan todo un edificio, pero con costes de espacio, manteniento e instalación mucho menores. Entre sus ventajas se encuentra la facilidad de transporte y montaje. La seguridad, importante sobre todo si ha de estar al aire libre, se ha cuidado en extremo.
Contra el frío y el calor
El Blackbox soporta trabajar en temperaturas comprendidas entre -29 ºC (probado con la unidad que funciona en Moscú) y los 54 ºC (como ocurre con las que ya hay en yacimientos de minerales). La Universidad de Stanford tiene uno para su acelerador de partículas, al igual que el Gobierno de Japón para darle uso en caso de catástrofes.
La versión más básica cuesta 400.000 euros, que se incrementa a medida que se añaden máquinas en su interior, que no tienen que ser necesariamente de Sun. La fabricación de estos servidores se hace en Escocia y lo sirven en cuestión de tres semanas. Su duración está probada contra terremotos e inundaciones. De hecho, la unidad mostrada tenía un fuerte golpe en el exterior y seguía funcionando sin problemas. Ya se han instalado en minas, en misiones militares, hospitales y obras de alto riesgo. Aunque no funciona sumergido, sí lo hace en condiciones climáticas adversas como lluvia y nieve y cuenta con un sistema propio de extinción de incendios.
Para funcionar sólo necesita una fuente de alimentación eléctrica y una toma de agua para el ingenioso sistema de refrigeración con conductos de agua y ventiladores, que proporciona un 40% de ahorro energético en comparación con los niveles habituales. Se puede, además, conectar a Internet mediante red inalámbrica, Ethernet o satélite. En cuestión de dos horas puede estar funcionando y configurado como un centro de datos convencional.
SUN: www.sun.es
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