La etarra Lola, absuelta porque el fiscal no citó a la testigo clave
La Audiencia Nacional ha absuelto a la etarra Dolores López Resina, alias Lola, de los atentados con explosivos contra dos restaurantes del Puerto Olímpico de Barcelona, en 1993, porque una testigo que podría haber corroborado las declaraciones de un coimputado no fue propuesta para declarar en el juicio.
El tribunal señala que la declaración de esta testigo, que reconoció fotográficamente a López Resina como la inquilina de un piso alquilado a su madre, hubiera supuesto "un elemento de corroboración adicional" sobre la verosimilitud de las declaraciones del etarra Felipe San Epifanio, Pipe. Al no contar con la declaración de esta testigo, que no fue propuesta en la vista por el fiscal Ignacio Gordillo, el tribunal no puede tener en cuenta sus declaraciones.
San Epifanio había declarado que Lola había intervenido en los atentados, que causaron graves lesiones a cinco personas y cuantiosos daños materiales. Pero en el juicio no ratificó sus declaraciones, que para el tribunal son "prácticamente inexistentes", porque Pipe no dice "cuál es su fuente de conocimiento, cómo se confeccionaron los explosivos ni qué medio de transporte se utilizó". Al no contar con una corroboración externa de la testigo, el tribunal se ve obligado a aplicar el principio in dubio por reo y absolver. No obstante, Lola permanecerá en la cárcel, ya que tiene dos condenas de 20 y 28 años por delitos terroristas.
La sentencia tiene fundamentos similares a la del Tribunal Supremo que absolvió al grapo Marcos Martín Ponce de la pena de 30 años de cárcel por el asesinato de un policía, al no haber sido localizada una testigo. Ayer, la Audiencia condenó a Martín Ponce a seis años y seis meses de prisión por un atraco a una entidad bancaria de Valladolid.
