La Casa del Mediterráneo empieza a ser una realidad
Pese a los desencuentros y recelos iniciales, la Casa del Mediterráneo empieza a caminar. A finales de mayo está previsto que todas las Administraciones implicadas (Gobierno central, Generalitat y Ayuntamientos) aprueben los estatutos de un consorcio. De esta manera, el gestor Adif del Ministerio de Fomento, titular del edificio de la antigua estación de Murcia, en Alicante, podrá ceder el inmueble al Ayuntamiento para redactar el proyecto de rehabilitación y licitar las obras. Un proceso que se podría prolongar durante, al menos, dos años. Mientras tanto, está previsto que el próximo verano se celebren en Alicante, Benidorm o Xàbia algunas primeras actividades.
El borrador de los estatutos contempla que se establezca una presidencia rotatoria y que la financiación se reparta en un 60% para el Gobierno central, la Generalitat un 20%, el Ayuntamiento de Alicante un 10% y los de Xàbia y Benidorm el 5% restante. El presupuesto anual será de unos cuatro millones de euros. El millón consignado en los presupuestos del Estado para este ejercicio se acordó posponerlo para el próximo año, cuando comiencen las obras de reforma de la antigua estación de Renfe.
Sin embargo, el proyecto de esta institución diplomática en Alicante no ha estado exento de polémica. La idea, y el anuncio oficial, la lanzó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en plena campaña electoral de las pasadas municipales. Los dirigentes del PP pusieron todas las objeciones posibles y mostraron total incredulidad. Reunión tras reunión el desencuentro era patente. El último episodio se vivió ayer. Si hace dos meses vino el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y ningún alto cargo del PP acudió a la cita por "motivos de agenda", ayer fue "el mundo al revés", según dijo la subdelegada del Gobierno, Encarna Llinares. Ya que se había convocado una reunión con los técnicos para perfilar el borrador de estatutos, y sin embargo se presentaron el vicepresidente del Consell, Vicente Rambla y el alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi, ambos del PP. Entre los representantes del Gobierno socialista y los dirigentes del PP hubo una discusión previa. Las palabras subieron de tono al recriminar si tenían que ir o no. Al final se impuso la cordura y pactaron una propuesta de estatutos que es "el pistoletazo de salida", según Alperi, de la Casa del Mediterráneo.
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