Presiones para que el Barça pague parte del gasto de la Champions

Para un partido plagado de estrellas, cifras astronómicas. El dispositivo especial de seguridad que se montará con motivo de la semifinal entre el Barça y el Manchester United costará 224.000 euros al erario público. A esa suma hay que añadir la preparación de un área, en el Port Olímpic, donde el Consistorio prevé reunir a los seguidores del equipo inglés: entre 30.000 y 40.000 euros más. En total, 264.000 euros. Son unos gastos en los que el club azulgrana debería, al menos, colaborar. Eso opinan tanto el consejero de Interior, Joan Saura, como el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu.

Las llamadas entre responsables de Seguridad del Ayuntamiento y el club se sucedieron ayer en ese sentido. Sobre todo después de que el FC Barcelona comunicara que el dispositivo de acogida a los hinchas -está previsto que lleguen a la ciudad entre 5.000 y 6.000 personas- no se podría montar en el Miniestadi, tal como solicitó el Ayuntamiento. El club esgrimió problemas de calendario del Barça B y recordó que la ley contra la violencia en el deporte prohíbe servir alcohol en los recintos deportivos.

El club no quiere pagar

"Pues entonces tienen que sufragar parte de los gastos", insistía ayer un alto cargo del Consistorio. En la misma línea se expresó Saura. Interior plantea que los "protagonistas y responsables" de los partidos de fútbol de Liga de Campeones se hagan cargo del coste del dispositivo extraordinario. Al menos, de la parte que afecta a "los aledaños" del Camp Nou. Sólo el esfuerzo en patrullas y en pagar las horas de los agentes cuesta ya más de 200.000 euros. Eso, al margen de la vigilancia en el centro de la propia ciudad en una jornada como la Diada de Sant Jordi.

El Ayuntamiento e Interior creen que el Barça debe corresponsabilizarse ya mismo, porque la temporada acaba y no habrá nuevos partidos de ese tipo hasta dentro de unos meses.

Pero el club no está por la labor. Se niega a pagar y argumenta que la ciudad también se lucra con el dinero que gastan los visitantes de equipos rivales en bares, taxis y hoteles. Fuentes del club aseguran que no han recibido ninguna comunicación oficial, y que los Mossos también se opusieron al recinto en el Miniestadi, para evitar más jaleo en la misma zona donde se disputa la semifinal.

Tras el fiasco del Glasgow Rangers, con una marabunta de seguidores ensuciando el centro de la ciudad, el Ayuntamiento ha montado y pagado tres recintos: el de la Fira para el choque con el Celtic; el de Maremàgnum en los cuartos de final contra el Shalke y el de mañana. En el Port Olímpic, los seguidores del United tendrán barras para beber y comer bocadillos al pie de las torres Mapfre. Si quieren comer plato, tendrán que ir a los restaurantes. También se instalarán pantallas gigantes que retransmitirán partidos de futbol.

El objetivo del Consistorio y de la policía es hacer lo posible para que los seguidores se queden en la zona reservada y no se dirijan al centro de la ciudad, ocupada por rosas y libros.