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El quitamiedos entró "como una espada" en el bus

La valla de protección en la AP-7 agravó el siniestro de Torremolinos en el que murieron nueve turistas finlandeses

Fernando J. Pérez

Un hombre ebrio causó el siniestro y un quitamiedos metálico tipo bionda lo convirtió en una catástrofe. La valla de protección que separa los dos sentidos de la AP-7 entró "como una espada" en el autobús de turistas finlandeses que volcó el sábado por la tarde en Torremolinos (Málaga), tras ser embestido por un todoterreno cuyo conductor arrojó una tasa de alcoholemia de 0,5 miligramos por litro de aire, el doble de lo permitido.

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En el accidente fallecieron nueve viajeros -seis mujeres, dos hombres y una niña de seis años- y resultaron heridas de gravedad otras 19 personas, entre las que se encuentra el conductor del todoterreno, un Kia negro recién comprado. Una de las víctimas, una mujer de unos 50 años sin identificar y que perdió el antebrazo en el siniestro, se encontraba ayer en coma y con ventilación mecánica en el Hospital Carlos Haya de Málaga. En otro centro hospitalario malagueño, el supuesto causante del accidente, en estado grave pero fuera de peligro, era custodiado por agentes de la Guardia Civil, a la espera de que se recupere para poder declarar ante la juez de Torremolinos Blanca Medialdea.

El quitamiedos entró por la parte trasera del autobús, en el que viajaban 44 personas, y al arrastrarse el vehículo sobre su lado derecho durante unos 50 metros la valla metálica actuó "como una espada", según el delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón. La estructura ondulada causó amputaciones a varios de los fallecidos y heridos más graves.

El fiscal de sala coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, dirige desde primera hora la investigación del siniestro, junto a su delegado en Málaga, Javier de Torres. Un equipo de la Unidad de Reconstrucción de Atestados de la Guardia Civil de Tráfico acudió ayer a Málaga para estudiar el accidente a fondo y determinar el grado concreto de responsabilidad del conductor del 4x4. En caso de ser hallado culpable del accidente, el piloto podría ser condenado por homicidio imprudente a una pena máxima de cuatro años de cárcel, según fuentes judiciales.

A Málaga también se han desplazado agentes de la Policía Científica finlandesa para colaborar en la identificación de los cadáveres, algunos de los cuales precisarán de pruebas de ADN por el mal estado en que quedaron. Un equipo de unas 20 personas, entre forenses y auxiliares, practican desde el sábado por la noche las autopsias para repatriar los cuerpos lo antes posible.

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Ayer, sobre las cuatro un grupo de turistas finlandeses que sufrieron heridas leves o resultaron ilesos regresaron a Helsinki en un avión de Finnair procedente de Atenas.

Viajeros finlandeses del autobús siniestrado esperan en el aeropuerto de Málaga para volver a su país.
Viajeros finlandeses del autobús siniestrado esperan en el aeropuerto de Málaga para volver a su país.REUTERS

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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