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Análisis:ANÁLISIS
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Gobernar con las luces largas

Uno de los recursos tópicos más utilizados en el debate político, y a la vez más absurdos es el de acusar al adversario de continuismo, atribuyendo al concepto una carga negativa que no se discute ni requiere mayor demostración. Llamar al otro continuista es muy cómodo, porque le pone a la defensiva y ahorra el esfuerzo de argumentar sobre el fondo de los temas.

Digo yo que el continuismo será bueno o malo según lo que se pretenda continuar. Si se inicia un proyecto político y cuatro años después la gente lo vuelve a apoyar será, entre otras cosas, para que termines lo que has empezado. Así que para mí lo grave en este supuesto no sería el continuismo, sino la discontinuidad: gobernar prescindiendo de lo que has hecho hasta ahora.

Continuidad, sí, pero no inercia, sino impulso. Ése es el sino de la legislatura que comienza
Lo que Zapatero propone es un 'aggiornamiento' radical de nuestra agenda política

Zapatero ha iniciado la Legislatura con dos actuaciones que señalan el rumbo de los próximos años: la presentación de su programa en la investidura y la formación del propio Gobierno. Dos actuaciones estrechamente ligadas entre sí: pocas veces ha quedado tan clara la asociación entre las prioridades programáticas y la estructura y composición del Gobierno.

En ambos -programa y Gobierno- hay clarísimos elementos de continuidad respecto a la tarea de la anterior Legislatura. Pero ambos responden también muy claramente a una visión de conjunto totalmente alejada de la inercia. Todas las prioridades formuladas en el discurso de investidura y los cambios en la estructura y en la composición del Gobierno tienen una interpretación relacionada con el futuro.

A mi juicio, los dos rasgos más destacados de la propuesta de Zapatero para la Legislatura son la contemporaneidad de sus prioridades y la naturaleza estratégica de sus políticas, en el sentido de que contienen opciones de fondo y con alcance de medio y largo plazo.

La propuesta arranca de algunas convicciones de calado:

a) Que cuando salgamos de la crisis que la economía mundial se dispone a atravesar, ya nada será igual para nadie. Que los elementos que nos han permitido mantener un crecimiento intenso y un aumento del bienestar ya no garantizan el futuro. Que en función de lo que hayamos hecho en este tiempo, estaremos mejor o peor situados para aprovechar una eventual fase expansiva de la economía. Que el futuro económico de cada país dependerá, en primer lugar, de su inteligencia disponible, en forma de ciudadanos capacitados y en forma de recursos tecnológicos. Que un nuevo modelo de crecimiento significa un nuevo modelo de producción, de distribución y de consumo; de organización del trabajo; de competitividad. Es decir, una nueva economía. Además de combatir los efectos inmediatos de la desaceleración económica, hay que hacer posible la aceleración posterior en una pista de rodaje completamente distinta a la que hemos conocido hasta ahora.

b) Que el cambio climático no plantea tan sólo un problema medioambiental, sino un problema general de sistema socioeconómico. Que la propia lucha por la subsistencia del planeta a la que estamos abocados nos brinda unas cuantas oportunidades de transformación económica, social y cultural que deberíamos aprovechar.

c) Que el único enfoque sensato de la política de inmigración es el que la liga a las demandas y las posibilidades del mercado de trabajo y a la vez ayuda al desarrollo de los países de origen e incentiva el retorno como una posibilidad deseable.

d) Que la igualdad de hombres y mujeres ya no es tan sólo un problema de justicia histórica, sino de eficiencia social. Las sociedades que sigan considerando a la mitad femenina de su población como población inactiva o activa a medias perpetúan una discriminación inaceptable; pero además, asumen una desventaja insuperable.

e) Que en el camino de la modernización de España le ha llegado la hora a la Administración Pública. Y en primer lugar a su ámbito más obsoleto en medios y en procedimientos, la Administración de Justicia.

f) Que la revolución que vivimos es tecnológica y económica, pero también demográfica. Y que esa nueva realidad social obliga a buscar y asentar nuevos patrones de convivencia y de integración.

Lo que Zapatero ha propuesto es un aggiornamiento radical de nuestra agenda política. Que dejemos para siempre de discutir sobre curas y sobre banderas. Que las chocarrerías con las que algunos miembros de la caverna han recibido a la Ministra de Defensa y a las demás mujeres del Gobierno no provoquen más que una triste sonrisa. Que el debate político se parezca más a la España de hoy que a la de las Cortes de Cádiz.

Ese es también el gran desafío de la derecha. Las elecciones no sólo han derrotado a la estrategia de la crispación como vía para recuperar el poder; también han condenado un temario. Además de cambiar los ademanes, la derecha española debe empezar a pensar en serio sobre cuestiones que hasta ahora han estado fuera de sus preocupaciones.

Continuidad sí, por tanto, pero no inercia, sino impulso. Ese es el sino de la Legislatura que comienza.

Sólo hemos de seguir batallando con un fantasma del pasado: ETA y su violencia. ETA es lo que queda del franquismo en la España del siglo XXI. Pero su final es conocido, aunque aún no tenga fecha.

José Blanco es secretario de Organización del PSOE

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