Reino Unido sale al rescate de la banca
El Banco de Inglaterra permitirá canjear activos dañados por bonos del Estado
La banca británica está en una situación muy delicada. El Banco de Inglaterra ya salió en febrero al rescate del Northern Rock, en una solución de emergencia para evitar el colapso de uno de los grandes grupos hipotecarios británicos. Pero la sequía del mercado del crédito no ha dejado de empeorar en los últimos meses y la situación de las entidades financieras es cada vez más peligrosa. El Banco de Inglaterra tiene previsto poner en marcha la semana próxima un plan de rescate por un importe de 65.000 millones de euros para la banca. Con esa cuantía como tope máximo, el supervisor bancario inyectará liquidez en los mercados con una medida drástica: permitirá canjear de forma temporal hipotecas y otros activos dañados por la crisis subprime por bonos del Estado a un plazo de un año, informó ayer la BBC.
La medida persigue aliviar los problemas de financiación de la banca como consecuencia de la crisis, que estalló el pasado verano con los problemas de las hipotecas basura estadounidenses. La Reserva Federal (el banco central norteamericano) ha puesto en marcha en los últimos meses una medida parecida a la de su homólogo británico, ante las dificultades del sistema financiero estadounidense.
Vuelta a la normalidad
El Banco de Inglaterra espera que el plan de rescate estimule los préstamos entre bancos -el mercado interbancario está prácticamente seco no sólo en el Reino Unido, sino en toda Europa- y también a los compradores de vivienda, ante el pinchazo inmobiliario que empieza a afectar la economía británica. Sin embargo, algunos analistas expresan abiertamente sus dudas al respecto.
"Se necesitan al menos 130.000 millones [el doble de la cifra adelantada por la BBC] para mejorar las posiciones de liquidez de la banca", explicó a Bloomberg Willem Buiter, profesor de la London School of Economics.
Según la BBC, los bonos del Estado canjeados por hipotecas y otros activos hipotecarios no se contabilizarán como deuda del Tesoro. El plan no entrará en vigor hasta que se pueda garantizar que el erario público no registrará pérdida alguna.
Un portavoz del Tesoro declinó ayer confirmar la cuantía del plan de salvamento, pero explicó que el ministro de Economía, Alistair Darling, y el primer ministro, Gordon Brown, han dejado claro que el objetivo es que el mercado interbancario "vuelva a funcionar con normalidad".
El laborista John McFall, presidente del Comité del Tesoro, calificó la medida como "necesaria" ante la actual coyuntura, pero reconoció los riesgos que acarrea. Vice Cable, dirigente de los liberal-demócratas, se mostró favorable a la intervención activa del Banco de Inglaterra, pero indicó que los contribuyentes británicos no deberían quedar expuestos a las pérdidas asociadas a las malas prácticas bancarias. "Junto a los costes de [la nacionalización del] Northern Rock, el Gobierno va por el desastroso camino de rescatar a los bancos, dejando al erario británico expuesto a los peligros de los mercados financieros", dijo.
El Banco de Inglaterra acaba de recortar los tipos de interés hasta el 5%, pero no ha podido evitar las críticas de los analistas por el hecho de no haber reaccionado con celeridad ante los problemas de la banca.
El primer ministro británico, Gordon Brown, se reunió el pasado martes en Londres con los principales banqueros de la City de Londres, que instaron al Gobierno a intervenir en los mercados financieros para evitar una crisis mayor, al hilo de las recomendaciones de la última cumbre del FMI. Los bancos advirtieron que los préstamos podrían reducirse al mínimo este año a menos que las autoridades tomen acciones al respecto.
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