Grande Marlaska agita San Blas

María Isabel Merlo, de 59 años, miraba ayer nerviosa el escenario del ondulado auditorio del parque del Paraíso, en San Blas. Iba a tocar su banda favorita, Chuck Laplanta, un grupo de pop treintañero que la tiene encandilada. Merlo había venido desde Aravaca, y ni el frío ni la lluvia que amenazaba hacia las nueve de la noche le iba a impedir ver a su ídolo, Alberto, que toca el bajo. "Es mi hijo", revelaba orgullosa, entre un centenar de espectadores. A Alberto y a sus compañeros les tocaba abrir el III Festival Cultura Pop de San Blas (www.popproducciones.com/culturapop), que seguirá hasta el domingo con un programa de exposiciones, mesas redondas, proyecciones de cine fantástico, desfiles de moda y, sobre todo, conciertos. Destacan los de La Casa Azul, la revelación popera que estuvo cerca de representar a España en Eurovisión de no haber sido por Rodolfo Chikilicuatre, y TV Personalities, la propuesta del incombustible Dan Treacy. "Es un clásico del pop inglés. Su sonido naïf sigue siendo underground después de 30 años", admiraba Adrián Campos, de 22 años, flequillo y bufanda, y estudiante de ingeniería agrónoma. "El pop es especial. Me recuerda una cita, creo que de Stephen Frears: 'No sé si empecé a escuchar pop porque sufría o si empecé a sufrir porque escuché pop". Junto a su novia, Clara Oeste, de 23 años y estudiante de bioquímica, esperaban el concierto estrella de la noche, el de Grande Marlaska y su pop desenfadado.

La reunión de Alberto, su madre, Adrián y Clara en un mismo concierto simbolizaba uno de los principales objetivos de la cita: "Acercar a toda la familia aquella música popular surgida en los cincuenta y los sesenta", según José Luis Garcés, director musical del festival. "Reivindicamos el pop como cultura". ¿Que qué es el pop? "Es música fresca, alegre, espontánea. Popular, pero con un bagaje histórico". Una definición que encaja bien con el sonido easy listening de una banda como La Casa Azul, que toca esta noche. Liderados por el prolífico Guille Milkyway, combinan electrónica y optimismo sesentero. De momento, la fórmula del festival pop no atrae a masas. "Salir de la miseria por la vía del pop es complicado", reconocía Pepo Márquez, de Grande Marlaska. Pero aun así, la cita se defiende. "El año pasado vinieron unas 5.000 personas y esperamos repetir", añadía Garcés. "Las bazas son: buenas bandas y gratis". Y, claro, la proyección interactiva de Rocky Horror Picture Show, "todo un éxito".