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VUELTA RÁPIDA | Gran Premio de Portugal
Columna
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China espera al campeón

Aunque Lorenzo, Pedrosa y Rossi ocupen las tres primeras posiciones de la clasificación, aún es pronto para olvidarse de Casey Stoner. A pesar de lo que le ha ocurrido en las últimas dos carreras (finalizó undécimo en Jerez y ayer fue sexto en Estoril), las características de estos dos circuitos no permiten ver su verdadero potencial ni tampoco el de su moto. En ambas pistas, Stoner no cuajó sus mejores resultados la temporada pasada (fue quinto en Jerez y tercero aquí). Para poder valorar sus opciones de cara al título habrá que esperar tres semanas y ver qué ocurre en Shanghai, un circuito que posee la recta más larga del campeonato. En la carrera del año pasado, el australiano se impuso con rotundidad gracias a la tremenda velocidad punta que demostró tener su Ducati. Pero ahora las cosas han cambiado.

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Lorenzo arma el taco

Hay que tener en cuenta que 2007 fue el primer año de las MotoGP de 800cc, y Ducati pilló a trasmano a las demás marcas. La fábrica italiana diseñó una moto explosiva, muy potente, y puso a disposición de sus pilotos las ayudas electrónicas necesarias para poder controlarla. Pero, además de la moto, los neumáticos desempeñaron un papel determinante. Mientras el neumático delantero de Bridgestone soportaba toda la tralla de Stoner, los pilotos que calzaban sus motos con neumáticos Michelin sufrían una humillación tras otra porque no conseguían acabar una carrera con las gomas enteras. No obstante, la situación no es ahora la misma de entonces, ni en lo que a las motos se refiere ni tampoco en los neumáticos.

Tras el fiasco del año pasado, Honda y Yamaha han reaccionado. Y lo han hecho con fuerza. Mientras la moto que conduce Pedrosa es ya una de las más rápidas y comienza a estar a su gusto, la brutal presión que Rossi imprimió a Yamaha en 2007 ha surgido efecto: la actual M1 es la moto más equilibrada de todas las que compiten en MotoGP. Lorenzo se beneficia de ello. Sólo hay que mirar la clasificación de ayer para convencerse de ello. De los cuatro primeros, tres conducen una Yamaha.

Pero también Michelin se ha puesto las pilas, y la prueba está en el cronómetro. La carrera que se disputó hace dos semanas en Jerez fue 18 segundos más rápida que la del año pasado. Con respecto a la potencia y a la velocidad, las motos son más o menos similares que las de entonces. La diferencia de tiempo de un año al otro no se ha ganado en las rectas, porque la más larga de la pista andaluza apenas tiene 600 metros. Es cuestión de la entrada del viraje y el paso por curva. Es ahí donde se rebajan los registros, en el agarre de los neumáticos y la presión que son capaces de soportar.

En lo que llevamos de curso, Stoner se ha caído casi tantas veces como en toda la temporada pasada. Y siempre debido a un problema con el neumático delantero, precisamente la principal arma que tenía Bridgestone. Los compuestos japoneses siempre se habían caracterizado por aguantar una presión increíble, incluso la de Stoner. Hace años, quienes calzaban sus motos con Michelin alucinaban al ver lo que sus rivales de Bridgestone eran capaces de hacer. Sin embargo, el statu quo ha cambiado, y Michelin ha vuelto a tomar la delantera.

Además, la Ducati sigue siendo la moto más potente de toda la parrilla, pero también es la más agresiva. Cuando uno escucha cómo suena el motor de la Honda o la Yamaha, recibe un ruido potente pero noble. La Ducati suena como si estuviera cabreada, tiene muchos caballos pero los corredores que la pilotan apenas pueden controlarla. Aunque todo esto puede cambiar en China si Stoner vuelve a ganar, como hizo en Qatar. Pero, si por el contrario sigue sufriendo, si se repiten los problemas que le han sobrevenido aquí y en Jerez, entonces sí podremos asegurar que el campeón está en crisis.

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