Lorenzo arma el taco

Encendido por haberse aflojado hace dos semanas en Jerez y ante Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo armó el taco en Estoril, donde se apuntó su primera victoria como piloto de MotoGP en la tercera carrera que disputaba en la categoría de las motos pesadas y tras dar un severo correctivo a sus rivales. De hecho, de rival serio sólo hubo uno, pero se trataba de Pedrosa, con el que media una rivalidad extrema que viene de lejos, de cuando coincidían subidos a motos de dos y medio, mucho menos potentes y más ligeras que las actuales bestias con las que se baten. Si las cosas siguen como hasta ahora, se avecinan deliciosas tormentas para el motociclismo español, que, viajando a rebufo de estos dos intrépidos motociclistas, va camino de convertirse en la referencia mundial... si ya no lo es.

Rossi no pudo impedir que en la 'chicane' se escabullera su compañero de garaje

Completadas las tres primeras citas del curso, los resultados de los dos son calcados: una victoria, un segundo puesto y un tercero. Si en Jerez fue Pedrosa quien se largó nada más arrancar, Lorenzo le devolvió la jugada ayer, y con propina. En su primera temporada en MotoGP (2006), el catalán no ganó hasta la cuarta carrera, en China. El mallorquín ha empleado una prueba menos para lograrlo. Además, este triunfo convierte al novato piloto de Yamaha, de 20 años, en el más joven de la historia que es capaz de encadenar tres podios consecutivos. ¿A quién le arrebata el récord? Pues a Pedrosa, por un solo día.

No escatimó esfuerzos el corredor de Honda para impedir la marcha de su rival, pero ayer no había nada que hacer. Lorenzo circuló desatado a partir de que se cumplió el primer tercio de la carrera (vuelta 12), cuando las cuatro gotas de lluvia que tuvieron a todos los equipos en ascuas remitieron.

Colocados en fila, Valentino Rossi y los dos españoles forzaron el ritmo, confiados en que los neumáticos tendrían suficiente grip (agarre), aunque hubiera parcelas de cemento húmedas. Cuando Giorgio apercibió que la pista se secaba, lanzó un ataque en dos tiempos. Fulminante. Con un par de maniobras de pizarra, ambas en la misma vuelta (la 13), se deshizo de Pedrosa y de Rossi como si estuviera tratando con motociclistas en prácticas. Primero el catalán, que vio cómo le superaba como un torpedo, en la frenada previa a la primera curva; y luego el italiano, que no pudo impedir que su vecino de garaje se le escabullera en la chicane. Il Dottore aún no sabe por dónde pasó. Cuando Lorenzo levantó la pista y vio el camino despejado comenzó a divertirse.

Subido a su Yamaha, ya no hay circuitos que se le atraganten. Debía sufrir en Estoril, un trazado que nunca le ha gustado, y se lo pasó en grande. A golpe de vuelta rápida se escapó de Pedrosa, que superó a Rossi inmediatamente para evitar quedar embotellado. El motociclista de Honda trató de no perder comba, pero fue inútil. En diez vueltas (de la 12 a la 22), una de las mejores cualidades de Lorenzo salió a flote. Su habilidad para controlar la moto cuando los neumáticos flojean es descomunal, como ya había demostrado en su etapa en el dos y medio. Hace apenas un año que dejaba tirados a sus rivales del cuarto de litro para enfilar camino a la meta. Ayer lo hizo en MotoGP y con Pedrosa, que se mantuvo cerca (alrededor de un segundo) pero no lo suficiente como para armar una ofensiva.

La victoria que ayer se apuntó Lorenzo es fruto de su talento natural para ir en moto (consiguió la pole position y la vuelta rápida), y de un trabajo perfecto realizado durante los ensayos (su ritmo de giro le llevó a la victoria). También le confirma como uno de los mejores debutantes de la historia. De hecho, sólo tres motociclistas han ganado una carrera de MotoGP antes que él: Freddie Spencer, Norick Abe y Randy Mamola. Aunque la aventura de Lorenzo en MotoGP sólo ha comenzado, está claro que va por buen camino.

La fama de Lorenzo crece frente a la de sus rivales (lalistaWIP)