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Tribuna
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De una vez por todas, ganar

Nuestra candidatura era una candidatura de autonomía sobre la vieja guardia pero no era un desafío, aunque puede que parte de la vieja guardia lo viese así. Pero es que la juventud nos desafía constantemente en la vida. Uno percibe cómo los hijos adolescentes lo desafían a uno, y no es que lo desafíen, es, simplemente, que están vivos y su propia presencia nos reta. Nosotros no pretendíamos apartarlos, simplemente pretendíamos afirmarnos. Era una afirmación y no una resignación, aunque algunos lo viesen así. Como hay padres que ven como un acto de negación la autonomía de sus hijos, pero es un error.

José Andrés Torres Mora, sobre el XXXV Congreso del PSOE

en Madera de Zapatero. Retrato de un presidente, de Suso de Toro

"No valen fórmulas intermedias, ni segundas partes, ni soluciones personalistas"
"Y para que nos respeten dentro y fuera solo hay un camino, quiero insistir en esta idea, ser fuertes"

El 12 de julio del pasado año comparecí públicamente para exponer claramente mi voluntad de ser candidato a la secretaría general de los y las socialistas valencianas -cuando sea convocado el congreso pertinente en tiempo y forma-, así como de iniciar un proceso de contactos con los responsables orgánicos del partido, con nuestros representantes institucionales -diputados, alcaldes, concejales- y, en definitiva, con los y las militantes del PSPV-PSOE; todo ello para avanzar en un cambio necesario en el socialismo valenciano, para recuperar la confianza y la credibilidad, desde la autonomía y la fortaleza de un proyecto a construir, con el objetivo de terminar con este largo ciclo de gobiernos de la derecha en la Comunidad Valenciana. El contundente mensaje de las urnas del 27 de mayo de 2007 justificaba sobradamente dar un paso adelante sin más. Se iniciaba en aquel mes de julio un largo proceso, entonces teníamos que decidir entre un congreso extraordinario u ordinario, que a día de hoy todavía no ha sido convocado, e incluso algunos de los protagonistas de aquel día son distintos a los de hoy. Durante estos meses hemos sufrido nuevas crisis con la dimisión del secretario general y el nombramiento de una Comisión Gestora que dirige el partido.

Por mi parte, en estos meses he cumplido la tarea que anuncié (aunque todavía me queda mucha gente con la que hablar). Se me requirió, por diferentes instancias del partido, responsabilidad, sensatez y discreción para no entorpecer el objetivo fundamental: ganar las elecciones generales del 9 de marzo. Creo que, como siempre y una vez más, en beneficio del partido he actuado con la responsabilidad demandada. Todas las circunstancias nuevas desde mi última comparecencia pública y, especialmente, los resultados electorales del 9 de marzo en España y en la Comunidad Valenciana, me llevan a afirmar públicamente -con más convencimiento y ganas si cabe- lo que todo el mundo ya conoce y que quiero repetir: mi voluntad inalterada de presentar mi candidatura a la secretaría general del PSPV-PSOE.

Ya han pasado las elecciones generales, han sido constituidas las Cortes y esta misma semana José Luis Rodríguez Zapatero ha sido reelegido presidente del Gobierno de España. Es pues la hora de que, sin más dilaciones, en abierto y públicamente, los y las socialistas valencianas planteemos nuestras propuestas, nuestras ideas y de qué manera encarar el futuro para hacer del PSPV-PSOE un instrumento al servicio de la sociedad valenciana, un instrumento para recuperar la credibilidad y la confianza y un instrumento para lo que fue concebido, transformar la sociedad para que todo el mundo sin distinción tenga una calidad de vida digna.

Tengo el convencimiento de que si los cerca de 24.000 militantes socialistas de la Comunidad Valenciana toman la palabra activamente, habrá ese cambio real que necesitamos. Hemos llegado ya a los 15 años de derrotas consecutivas desde 1993, cuando en aquellas elecciones generales el PP obtuvo por primera vez más votos que el PSPV-PSOE, pero especialmente significativo fue 1995, cuando fuimos desalojados de la Generalitat. Desde entonces en todas las convocatorias electorales -generales, autonómicas o europeas- siempre los populares han obtenido un resultado claramente superior. Aún así, el PSPV-PSOE está plagado de héroes silenciosos que trabajan en sus pueblos y ciudades por nuestro proyecto y algo más de un millón de valencianos y valencianas siguen ahí dándonos su apoyo permanente. Base ésta más que suficiente sobre la que plantear que el próximo congreso represente un cambio sólo comparable a los congresos de 1978 en los que se configuró el actual PSPV-PSOE.

Aquel PSPV-PSOE de 1978 fue derrotado en las urnas en 1995; desde esa fecha muchas cosas han cambiado, pero nosotros todavía no hemos superado aquel momento. Creo que, de una vez por todas, tenemos que operar un cambio cierto y creíble. Trasladar un mensaje a la ciudadanía de que una nueva época se abre en el socialismo valenciano. No valen fórmulas intermedias, ni segundas partes, ni soluciones personalistas de última hora, ni grandes acuerdos pactistas orgánicos, porque todo eso ya lo hemos intentado y el resultado en las urnas ha sido sumar una nueva derrota electoral. En este tipo de procesos han sido habituales las componendas y se ha evidenciado que no sirven para ganar la confianza de la ciudadanía; por ello, afirmo que si no soy secretario general no seré vicesecretario de nada. En este sentido, considero que se hicieron muy bien las cosas en el XXXV Congreso del PSOE. José Bono, que había perdido la secretaría general por un escaso número de votos frente a José Luis Rodríguez Zapatero, rechazó la posibilidad de ser vicesecretario general porque entendió que el ganador debía hacer su propio equipo e identificarse plenamente con él. Así, si en el próximo congreso del PSPV-PSOE concurren unas circunstancias similares, acabo de exponer lo que ofrezco pero también es lo que pido.

De una vez por todas tenemos la obligación de conseguir la autonomía política con relación a otros partidos que nos permita presentarnos ante la sociedad como un proyecto propio y mayoritario que aspira a representar los intereses generales. Una autonomía que sirva para que nos respeten dentro y fuera y, para ello, debemos ser fuertes y creíbles. Una autonomía que no sea una reivindicación dependiente del momento o a la que sólo se recurre si las decisiones que se toman son o no de nuestro agrado. Una autonomía para determinar con capacidad propia nuestras políticas como un proyecto visible y claro que, ni es sucursal de nadie, ni responde a más interés que la defensa de los intereses de los y las valencianas y que se relaciona con el PSOE como parte integrante y fundamental del mismo, desde la corresponsabilidad y en plano de igualdad. Y para que nos respeten dentro y fuera solo hay un camino, quiero insistir en esta idea, ser fuertes.

De una vez por todas tenemos que salir del próximo congreso con un nuevo equipo de líderes emergentes, con una referencia clara basada en el liderazgo social que sólo se puede sustentar en las urnas y en la voluntad ciudadana. No es el momento para bicefalias extrañas, por otra parte, ya experimentadas y siempre fracasadas. Estoy convencido de que tenemos que ser valientes. No será válido para el futuro que hagamos un congreso a medias, donde les digamos a los y las valencianas que nuestra apuesta frente a Francisco Camps y la derecha queda por decidir (independientemente del estatutario proceso de elecciones primarias para la elección de candidatos).

De una vez por todas, debemos apostar por recuperar la confianza y la credibilidad. Es momento de trasladar nuestra manera de ver la realidad de manera clara y definida. Solo así podremos recuperar la credibilidad que en algún momento dejaron de percibir los y las valencianas. Un valor que, de una vez por todas, pondrá fin a las aspiraciones y dejará paso a la capacidad. Solo de ese modo recuperaremos la confianza de quienes un día comprendieron que la disposición era la antítesis de la resignación. Y, por supuesto, confianza primero en nosotros mismos y en nuestra capacidad. Difícilmente los y las valencianas van a confiar en nosotros si no somos capaces de reconocernos a nosotros mismos y confiar en nuestras posibilidades, porque nuestra potencialidad es enorme, tan grande como -en un momento crítico de la historia reciente del Partido Socialista- nos hizo ver José Luis Rodríguez Zapatero el 22 de julio de 2000, durante el XXXV Congreso del PSOE, cuando dijo su ya famosa frase: "Quiero deciros en primer lugar que yo subo aquí convencido de que no estamos tan mal. Que este partido tiene mucho apoyo".

En definitiva, estoy seguro de que lo mejor es que cuando los y las militantes del PSPV-PSOE tomen la palabra y acudan a las asambleas que se convoquen para elegir a sus delegados y delegadas, sepan y conozcan cuál es nuestra propuesta, la de nuestra candidatura. Que elijan si quieren o no cambio. Un cambio para ganar. Por ello di este paso adelante, con decisión, desde hace ya algunos meses, y por todo ello, seguiré con los encuentros con los y las responsables del partido pero, sobre todo, con el mayor número de militantes socialistas posible para explicarles nuestro proyecto y oír sus inquietudes y sugerencias. Son ellos y ellas las que deben decidir sobre el futuro del socialismo valenciano. Un futuro del socialismo valenciano que -es mi deseo- debería ir indisolublemente unido a una idea clara: nos merecemos una Comunidad Valenciana con un futuro distinto y alternativo al que ofrece la derecha. Un futuro en el que podamos llevar a cabo nuestras propuestas, hagamos realidad nuestros anhelos de un territorio sencillamente mejor, y lo podamos hacer de la única manera que es posible en democracia, porque hayamos obtenido de nuevo la confianza mayoritaria de la ciudadanía.

Jorge Alarte es alcalde de Alaquàs y aspirante a la secretaría general del PSPV-PSOE.

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