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Protección para la lengua caló

Lo decía ayer Sinaí Giménez: "Es un momento dulce para que las administraciones empiecen a tener en cuenta a las asociaciones gitanas". Él y Manuel Rondón, secretario nacional de Unión Romaní, empezaron la mañana con Anxo Quintana y la terminaron con Teresa Pedrosa, vicepresidenta de la Diputación de Pontevedra, que colaborará en la financiación de unas jornadas formativas que incluyen un curso de romanó-caló. Será a finales de abril y estará "abierto a payos y gitanos" con el objetivo, según Giménez, de "aprender nuestro propio idioma". Precisamente la protección y proyección del caló, como lengua minoritaria y normalizada, es una de las aspiraciones de la comunidad gitana. Unión Romaní pretende que las administraciones pongan en marcha programas de formación para el profesorado de manera que pueda ser enseñado en las escuelas públicas aunque carezca de territorialidad.

Para entonces se espera la presencia del ex eurodiputado socialista y actual presidente de Unión Romaní de España, Juan de Dios Ramírez-Heredia, todo un símbolo para la comunidad gitana. Las jornadas servirán también para ofrecer cursos de gestión informática o alfabetización que permitan el acceso al mercado laboral de este colectivo.

Precisamente ayer en el encuentro con Quintana quedaron patentes las dificultades que se les presentan a los gitanos para obtener un contrato de trabajo. "Muchas veces, al no disponer del graduado escolar nos rechazan o nos ofrecen los puestos que nadie quiere con horarios abusivos y salarios muy bajos", apuntó Giménez.

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