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Reportaje:

La llama olímpica enciende Londres

35 detenidos en la capital británica al paso de la antorcha de los Juegos - Dos mil personas protestan contra China por la represión en Tíbet

El paso de la antorcha olímpica ayer por Londres se convirtió en un gran acto de propaganda contra China debido a los numerosos incidentes provocados por manifestantes que denunciaban la situación en Tíbet. La policía practicó al menos 35 detenciones y los manifestantes estuvieron dos veces a punto de hacerse con la antorcha. Atado por sus vínculos comerciales con China y por la celebración de los Juegos Olímpicos de 2012 en Londres, el primer ministro Gordon Brown presenció el paso de la antorcha por Downing Street, aunque no la tocó.

La antorcha había llegado el sábado por la noche a Heathrow en un vuelo procedente de San Petersburgo y voló anoche con destino a París, siguiente etapa de un viaje por 21 capitales mundiales que ha de acabar el próximo 5 de mayo en Pekín.

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Lo que los organizadores chinos habían concebido como un acto destinado a propagar "la paz y la armonía" y los organizadores locales como una gran oportunidad de publicitar el olimpismo en una capital hasta ahora muy poco entusiasta con sus propios Juegos, se convirtió en una victoria de quienes denuncian la hegemonía china en Tíbet. La antorcha recorrió las calles de Londres, desde el estadio de Wembley hasta el pabellón O2 Arena, en Greenwich, rodeada por un cordón de policías británicos y 10 fornidos agentes de seguridad chinos que acompañarán la llama hasta Pekín.

El día arrancó con una tormenta de nieve y la llama estuvo a punto de cambiar de manos a primera hora cuando un manifestante llegó a agarrársela a una presentadora de televisión en Ladbrooke Grove, al oeste de Londres. Poco después, en Holland Park, dos manifestantes estuvieron apunto de apagarla con extintores.

Los dos mil manifestantes que se habían concentrado en Bloomsbury, detrás del Museo Británico, obligaron a la embajadora de China en Londres a desistir de portar la antorcha hasta que ésta llegó a Chinatown, territorio mucho más benévolo con los organizadores.

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En Whitehall, la policía tuvo que hacer grandes esfuerzos para evitar que los manifestantes rompieran el cordón de seguridad cuando la antorcha atravesaba la verja de Downing Street. Gordon Brown presidió allí el relevo de porteadores, pero prefirió no alzar la llama él mismo para evitar una fotografía políticamente comprometedora.

La policía decidió luego que la antorcha viajara en autobús para atravesar Fleet Street camino de la catedral de San Pablo dada la cantidad de manifestantes que había en ese punto del recorrido. Aunque a lo largo del día no faltaron banderas de la República Popular China, se impusieron las pancartas de denuncia, desde "Tíbet Libre" a "Antorcha de la Vergüenza" o "Stop a las matanzas de Tíbet".

Un policía reduce a un manifestante que intentaba acercarse a la antorcha, custodiada por policías chinos.
Un policía reduce a un manifestante que intentaba acercarse a la antorcha, custodiada por policías chinos.AP

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