Koeman, en la diana

Cunde el pesimismo en el Valencia y ya nadie se atreve a afirmar que Koeman llegará a la final de la Copa del Rey, el día 16 en el Calderón. Nunca un equipo fue a esa fiesta vestido de velatorio. A no ser que antes, y dependiendo del Valencia-Racing del sábado, el club le dé boleta al holandés y vuelva a contar con el entusiasta técnico del filial, Óscar Fernández, que ya ofició el traspaso de poderes entre Quique Flores y Koeman. Hay un precedente: en 1995, el club echó a Parreira en la semifinal frente al Albacete y puso a Rielo para dirigir la final del agua perdida ante el Depor. El principal inconveniente es el económico: el Valencia debería pagar el contrato blindado del holandés (unos nueve millones de euros).

Tras el gol de cabeza de Iván Alonso, en el enésimo fallo en cadena de la defensa valencianista, el público de la Nueva Condomina entonó con sorna un cántico que le resultaba familiar: "Koeman, vete ya". Éste había achacado la derrota ante el Mallorca la semana pasada a la ausencia de los centrales titulares, Marchena y Albiol, presentes ayer en La Condomina.

Ni siquiera Parreira acumuló unos números tan funestos como Koeman, que completó ayer una vuelta al campeonato con tan sólo 18 puntos en 19 partidos, ni un punto por encuentro. El Valencia alcanzó ayer 14 partidos sin marcar, 12 de ellos con Koeman de entrenador, igualando un récord negativo de la temporada de 1985-86, la del descenso a Segunda División.

Con el gol que le permite seguir suspirando por la salvación, el cuadro de Clemente se refugió en su campo en la segunda parte y esperó. Esperó a que el Valencia se estrellara contra su propia ansiedad. Koeman recurrió a dos de sus desahuciados -Edu y Zigic- y éstos, que muy alegres no deben estar, al menos cierto brío sí le dieron a su equipo. El serbio envió el balón al travesaño y ahí expiró toda la reacción valencianista.