ONG's denuncian discriminación en dos consulados españoles
Negaron la entrada a 5 invitadas a un programa de la UE
Ser joven, mujer y pobre entraña a diario discriminación y negación de derechos en países como Ecuador y Perú. Una desigualdad que parece haber calado en los cónsulados de España en ambos países. Ambas oficinas diplomáticas denegaron sin explicación alguna y en el último momento, el visado a cinco veinteañeras que pretendían participar en un encuentro internacional de jóvenes sobre el papel de las mujeres en las sociedades rurales. Las jornadas que se enmarcan dentro de un programa europeo pretenden reducir la desigualdad sexista en todos los ámbitos.
Los participantes masculinos de Ecuador y Perú sí viajaron a Galicia la semana pasada para asistir junto a jóvenes de Ribadavia y Alentexo (Portugal) a estas jornadas, las primeras en el programa de sensabilización de la Unión Europea que incluyen también trabajos en escuelas, instituciones y entornos familiares de cada localidad seleccionada. Al ver denegado el visado horas antes de emprender el viaje en avión, las cinco jovenes (dos peruanas y tres ecuatorianas) vetadas por los consulados españoles tuvieron que vivir una cara y larga odisea. "Fue una denegación arbitraria e indignante, con un relatorio de acontecimientos digno de una lamentable novela negra", protestaron el Ayuntamiento de Ribadavia, la ONG coruñesa Labañou Solidaria y la Federación Nacional de Ecuatorianos con Dispacidad Física, instituciones organizadoras del programa.
Hasta tres veces tuvieron que hacer el fatigoso viaje de 34 horas por caminos tortuosos las peruanas Milagros Rivera y Griselda Canal para acudir al consulado español en Lima desde su aldea natal, Vilacamba, declarada de extrema pobreza en un distrito rural de la cordillera andina. Las jóvenes, una estudiante de agronomía tropical y presidenta de una ONG y su compañera, responsable de una asociación de bailes folclóricos, invirtieron más de 5.000 euros en presentar todo lo que exigieron las autoridades españolas: billetes de avión con fechas cerradas, tasas de pasaporte y visado, seguro de viaje, certificado de penales, contrato de trabajo y movimientos bancarios del último año. Los mismos documentos que permitieron la entrada de sus compañeros varones.
En Ecuador, ocurrió otro tanto con tres jóvenes con discapacidades físicas que también habían sido seleccionadas para acudir a las jornadas de Ribadavia.
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