El arte chino apea a París
El Gobierno francés busca revitalizar el coleccionismo ante el empuje asiático
Los chinos han apeado Francia del pódium. París ya no es la tercera plaza mundial en el comercio del arte. "En los años cincuenta, en París se efectuaba el 50% de las compraventas de arte. Hoy, apenas un 6%", explica Hervé Poulain, veterano galerista parisino.
Pero tranquilos, parece decir la actual ministra de Cultura, Christine Albanel. Tiene un plan. Piensa redinamizar el mercado francés de arte a base de medidas como ésta: "Usted se pasea por la feria de arte contemporáneo y de pronto descubre un cuadro que le gusta. Con nuestra nueva ley le bastará con ir a su banquero y pedirle un crédito sin intereses", explica la ministra. La banca efectuará el pago, pues se presta el dinero para ese fin y no para ningún otro.
El Estado asumirá los costes financieros. "El 80% de las obras vale un montante que se puede situar entre lo que cuesta una pantalla de cristal líquido y un coche". La fórmula ya existe en el Reino Unido desde hace tres años. "Pero los ingleses no aceptan que el crédito sea superior a las 3.000 euros", dice Albanel, que desearía que en Francia el techo se colocase más arriba: "La medida ha servido para crear 10.000 coleccionistas más entre los británicos". No es la única medida pensada por Albanel para que Francia resulte más atractiva a un sector que, en 2006, movió 43.300 millones de euros, un 60% más que en 2002.
También se busca abrir la puerta del mecenazgo a las pequeñas empresas o a los profesionales liberales, hasta ahora penalizados fiscalmente con respecto a las grandes sociedades. En estudio está el que la donación de obras de arte al Estado no sirva tan sólo para pagar derechos de sucesión, sino también para abonar el impuesto sobre la renta, una fórmula que, recuerdan los expertos, sirvió, entre otras medidas, para convertir a Nueva York en la capital mundial del coleccionismo.
Todas estas medidas servirán, espera la ministra, para hacer participe al mercado francés de arte de un boom imparable. Porque si bien aquél creció un 13% en 2006, el negocio mundial en su conjunto lo hizo en un 36%.
Para Thierry Gandillot, especialista de la revista Challenges, la explosión de los precios de las obras de artistas chinos ha sido determinante en ese boom. Tanto, que, como decíamos, Pekín ha desplazado a París. "Entre 2002 y 2007 hemos visto cómo la cotización de los artistas chinos aumentaba un 440%". De momento, según la clasificación establecida por Artprice relativa a los 500 artistas contemporáneos más cotizados, entre los 10 primeros hay tres chinos -Zhang Xiaogang, Yue Minjun y Zeng Fanzhi- y 17 entre los 50 cuyas obras han protagonizado las mayores operaciones de compraventa. Un solo español entre ellos: Miquel Barceló, en el puesto 17.
Babelia
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