El país que surge de las catacumbas de un comunismo paranoico
Albania no es un país normal. Nadie puede serlo después de padecer 50 años bajo un régimen paranoico, como el del comunista Enver Hotxa, que rompió con el Pacto de Varsovia primero y con China después. Para Albania, la OTAN es la garantía de normalidad, de que la maldita excepción ha quedado atrás. También es el paso intermedio hacia la UE, su sueño. Es el país balcánico, junto a Kosovo, que siente más adoración por EE UU, considerado el libertador. La invitación a la OTAN permitirá a la UE presionar para lograr las reformas políticas, judiciales y económicas necesarias. Es decir, menos mafia y más Estado de derecho.
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