El marianismo ocupa el Congreso
Pizarro queda fuera de la cúpula del grupo del PP y expresa su malestar en privado
Un vendaval marianista centrado en un grupo de treintañeros arrasó ayer la estructura de poder del grupo del PP en el Congreso, pieza clave en la labor de oposición. Rajoy y su mano derecha, Soraya Sáenz de Santamaría, nueva portavoz, han decidido no dejar ni los restos del equipo de Eduardo Zaplana, hasta el punto de que Teófilo de Luis, responsable de un puesto técnico, es el único que repite en la dirección del grupo, del que salen personajes muy conocidos como Miguel Ángel Cortés o Vicente Martínez Pujalte.
La mano derecha de Sáenz será Ayllón, del equipo de confianza de Rajoy
En el puesto clave, el de secretario general, Rajoy y su mano derecha han apostado por José Luis Ayllón (37 años, uno más que su jefa), un apreciado hombre del aparato, de la total confianza del líder y hasta ahora mano derecha de Gabriel Elorriaga, uno de los poquísimos políticos marianistas de alto nivel en el partido. La invasión de marianismo es tal que algunos ya empiezan a apuntar a Elorriaga como posible nuevo secretario general del PP. Ayllón tiene además, como Fátima Báñez, elegida portavoz adjunta, una excelente relación con Sáenz de Santamaría.
Por si fuera poco, Rajoy ha colocado a su jefe de gabinete y amigo personal, Francisco Villar -quien fichó a Sáenz de Santamaría-, en la dirección como tesorero. Otro amigo personal del líder, el veterano Arturo García Tizón, y el orensano Celso Delgado, también de su entorno, completan el cuadro. La dirección del grupo se cierra con otros portavoces adjuntos: Jesús Merino, el ex alcalde de Vitoria Alfonso Alonso y Cayetana Álvarez de Toledo, la más joven (33 años), jefa de gabinete de Ángel Acebes, ex periodista de El Mundo y la Cope, con un ascenso fulgurante en un partido en el que apenas lleva año y medio.
Los barones de Madrid, Valencia y Murcia, las tres comunidades donde el PP ha sacado un mejor resultado en las elecciones, se quedan así sin ningún representante en la dirección del grupo. Esta apuesta por la juventud y la renovación frente a la veteranía, pero sobre todo por el entorno más directo de Rajoy frente a otras personas con perfil político más autónomo, generó ayer multitud de críticas en pasillos y un gran malestar entre los diputados que era casi imposible de disimular. El ambiente de tensión palpable en los corrillos llegó al extremo de que hasta ocho diputados rompieron la disciplina y no apoyaron el nombramiento de Celia Villalobos, esposa de Pedro Arriola, principal asesor de Rajoy, como secretaria cuarta de la Mesa.
De momento hay tres damnificados muy evidentes, que aspiraban al cargo de portavoz. El valenciano Esteban González Pons, el castellonense Juan Costa -que renunció a un contrato de un millón de euros en Ernst&Young por volver a la política-, y el turolense Manuel Pizarro -que dejó el consejo de Telefónica tres semanas después de ser nombrado porque Rajoy le pidió su ayuda-.
Ninguno de ellos puede disimular su decepción, pero el que con más insistencia está trasladando a su entorno su malestar, según varios diputados, es Pizarro, ex presidente de Endesa.
Ayer, cuando quedó claro que no tendría siquiera un puesto en la dirección del grupo, Pizarro se colocó de forma muy evidente en la quinta fila de escaños, muy lejos de Rajoy, quien hace poco más de dos meses lo presentó como su gran fichaje económico para las elecciones y lo llevó como número dos en su candidatura. Por si fuera poco, varios diputados dan por hecho que Cristóbal Montoro, ex ministro de Hacienda, será el portavoz en la Comisión de Economía, un puesto que ya ocupó en 1993.
Para Pizarro no queda pues más que un puesto de diputado raso. Un portavoz del ex presidente de Endesa ha confirmado que nadie le ha ofrecido nada. Varios compañeros de Pizarro coinciden en difundir la misma versión de una conversación que él mantuvo con Mariano Rajoy, amigo suyo, la semana pasada. El líder le preguntó "¿qué quieres?" y Pizarro le respondió "¿qué quieres tú de mí, que eres el que me ha traído?". La conversación quedó en nada.
Para Pizarro, que con su trayectoria puede estimar insuficiente el puesto de portavoz económico a las órdenes de Sáenz de Santamaría y Fátima Báñez, adjunta especialista en estos temas, podría quedar sólo un cargo importante en el partido -tal vez una vicepresidencia-, que le llegaría en el congreso de junio. Sin embargo, varios diputados creen que lo más probable es que Pizarro, que habría podido ser ministro de Economía si hubiese ganado el PP, deje la política dentro de no muchos meses.
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