Virgin cortará Internet a quienes descarguen porno de forma masiva
La cruzada contra las descargas en Internet prosigue en el Reino Unido. Esta vez le ha tocado el turno a Virgin. El segundo proveedor de acceso (ISP) del país ha anunciado que está negociando con organizaciones de gestión de derechos para poner coto a los sistemas de intercambio de archivos p2p (peer to peer), utilizado por seis millones de británicos.
Se estima que más de seis millones de británicos utilizan programas de intercambio de archivos a través de los cuales descargan películas y música. La industria discográfica dice ser la más afectada por estos programas. Pero, en proporción, mucho menos que las productoras de cine porno, que han hecho lobby silencioso para que las autoridades promuevan el acoso contra lo que ellos consideran piratas.
La industria mundial del porno considera el p2p como su principal amenaza. Las estimaciones más optimistas consideran que el 5% de los archivos que se intercambian por estas redes son de porno, aunque algunos creen que la cifra su puede elevar al 20%, si se considera la gran cantidad de archivos falsos (fake) que se cambian, muchas veces con el fin de desanimar a los internautas que se quieren bajar las películas, sobre todo de estreno. Las productoras de porno en Estados Unidos estiman las pérdidas anuales en 2.000 millones de dólares y se han planteado constituir un grupo de presión similar a la MPAA y la RIAA, asociaciones que defienden, respectivamente, al sector del cine y la música.
La compañía de cable está en conversaciones con la British Phonographic Industry (BPI), la más importante de estas asociaciones, para aplicar el llamado modelo de los tres strikes: primero se avisa al infractor, luego se le interrumpe la conexión temporalmente si no hace caso a los avisos, y por último se le desengancha de la red definitivamente. Este modelo ya fue aplicado el pasado verano por Tiscali, que desconectó a 24 clientes.
La legislación británica no reconoce, como sí lo hacen la de España y Francia, el derecho a la copia privada, por lo que no hay ningún tipo de canon compensatorio. La BPI, que actúa como la Sociedad General de Autores (SGAE) española, quiere crear una red de agentes para detectar los IP (el número de identificación de cada conexión) desde los que se realizan las descargas masivas y avisar al ISP, que se encargaría de advertir a su cliente para que cese su actividad.
En España, las entidades de gestión quieren que se aplique un modelo similar de vigilancia y corte de suministro, aunque, por el momento, sin éxito.
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